Uno, dos, tres, uno, dos, tres…
Solo con la oscuridad de mi calle, a merced de la vieja lámpara que cuelga del único poste de madera, camino mis pasos que no son mas que tres, uno, dos y el siempre final tres, el misterioso, el amante de la trilogía, el único y dios verdadero.
Puedo sentir el pasar de mi vida a mis espaldas y por momentos pareciera que el pasado se aleja hacia delante, que el tiempo solo me lleva a los recuerdos y que el aire no entra en mis pulmones… resumiendo, el uno dos tres no es mas que tres, dos, uno; la cuenta regresiva, la siempre esperada muerte.
Cuando al final de mi viaje enciendo una colilla de cigarrillo para aspirar ese vital humo, te veo ahí, en frente, sentada o arrodillada (que más da), llorando con un sentimiento tal, que mi amor por ti crece hasta el extremo, te amo y no se si amaré así jamás a alguien… te vez en el espejo de mi alma y comprendes que mi mirada te ha penetrado, reposas y te lanzas a mis pies, me pides perdón y me abandonas como siempre…
Quisiera alcanzarte, decirte que todo es mejor, que la vida finalmente puede ser buena para los dos, pero en el fondo no quiero saber de ti, en el fondo quisiera verte muerta, pues solo así tendría la posibilidad de venerarte a mi antojo las 24 horas del día, los siete días de la semana… solo así te poseería en cuerpo y alma.
No puedo evitar las lágrimas que nacen de lo mas interno de mi alma, no puedo evitar el odio hacia la vida, no puedo dejar de soñar y por eso… corro como puedo y te doy un beso en la boca, te tomo del cabello y a la vez beso tus senos vírgenes, los saboreo y disfruto enormemente este rato de placer, no se si porque el besar tus senos me excita o porque quizá la debilidad de la vida crea poesía en mi mente; en fin, ya te tengo y finalmente el amor se consumará como lo mas bello y eterno.
El día saldrá en cuestión de horas y los ojos curiosos querrán saber que pasó con Jacky… ¿Qué pasó?..., no se, estaba muerta cuando le confesé que la amaba…
Estaba muerta la muerte… dirán otros y se irán riendo camino al parque.
Entonces una luz vendrá a mi vista y se agigantará en el espacio, como si fuera ese túnel de luz que vemos todos en la agonía, sentiré la muerte y ella me dirá…
Todavía no… ve a tu cuarto.