Sé que no debí ser sincero,
desnudé mi alma y ésta terminó flagelada
tres días y tres noches te lloré con amargura
para clavarme tras dolor intenso
dos orquídeas tatuadas con tu nombre.
Ya no tengo alas para volar a tu encuentro,
soy Icaro volando raudo hacia el cemento
soy un árbol viejo que cae después de los golpes
golpes que vienen de tu corazón
y que me cortan de raiz.
Hoy quiero beber en tu nombre,
hoy quiero pudrir mi carne en vinagre,
y olvidarte pronto porque tu recuerdo
me lastima, me ciega, me aturde.
Te brindé todo de mí
pero todo fue un juego,
y yo no sé perder, ni calmar este fuego.
Texto agregado el 18-02-2006, y leído por 96
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Lectores Opinan
25-02-2006
Hermosa poesia clear
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