DOS VIEJOS AMIGOS
III
La emoción me embargaba.
¿Cuánto hacia que no recorríamos las calles los dos juntos, como los dos viejos y entrañables amigos que éramos?
Años... ¡que digo años¡...siglos parecían.
Apenas estaba oscureciendo cuando bajamos del 53 en la Boca, lugar que antaño recorrimos tantas veces.
Allí estaba el puente viejo, con su sombra difusa, las adoquinadas callecitas, gastadas y lustrosas por el paso del tiempo, y los conventillos multicolores, desde donde tuvimos que escapar más de una vez con alguna aventura cargada sobre nuestras espaldas imberbes.
-¿te acordas José?,... ahí enfrente vivía la Rosalía- señale una ruinosa casa adonde una mujer joven y desaliñada barría la vereda-... ¡como te gustaba esa mina viejo ¡...jajá, y era tetona la guacha...como a vos te gustan- agregue, posándole una mano cariñosa en el hombro.
Mi amigo remonto la mirada en el tiempo, como acariciando épocas irrepetibles, únicas, con el solo deseo de sentir viejas pasiones enterradas, de ansiar recordar el primor de años mozos, cuando el corazón era una maquina incontenible que bombeaba anhelos irrefrenables.
- esa mina te tenia loco...uf....fuim...
Me detuve al ver que José había parado su lenta marcha frente a una vieja puerta de madera.
- ¿Qué pasa hermano?- pregunte al verlo cabizbajo desandando el camino.
José, con lágrimas corriendo por sus arrugas, me miro unos instantes y dijo en un susurro.
- ¿Por qué me haces esto?...Alfredo...yo no quería ver esto nuevamente...es tan doloroso y hermoso a la vez-
- trata de explicarte viejo...no te entiendo-
No sabia ni entendía que le pasaba; hacia unos momentos parecía estar feliz, ahora, una nube de remordimientos y angustia le cubría el rostro.
- no entendes que no puedo volver viejo...esto- agrego señalando con gesto ampuloso toda la calle y sus edificios- esto...es el pasado de otro...yo no soy mas aquel que era...ya estoy en la cuenta regresiva igual que vos hermano...yo no tengo cáncer como vos, pero tengo tantos achaques que mis huesos...no dan para mas alfredito...y vos..., como si yo fuese un pibe de nuevo, me traes a recordar épocas que....
-¡que fueron únicas José¡- interrumpí comprendiendo-...lo se...pero no te engañes...eras vos el que recorría estas callecitas adoquinadas buscando minas para levantar, eras vos el que se volvía loco si perdía Boca, eras vos el que iba al boliche del vasco a comer pizza con moscato y discutías con el negro Cerruti por...
- PARA ALFREDO...vos lo dijiste...ERA...ya no soy,... ahora soy un viejo que no tiene nada...soy...soy solo un recuerdo que camina por las calles del olvido-
Las últimas palabras de José quedaron repiqueteando en mi cabeza.
- ¿sabes lo que sos José?:... sos un hijo de puta- dije entre sollozos; no podia evitar que la emoción me embargase a mí también
José me miraba impávido, con los ojos rojos de dolor.
- ¿Por qué me decís eso?- pregunto asustado
Tarde en responder; un nudo se atravesaba entre mis palabras y mi garganta.
- porque sos un poeta...eso último que dijiste...me partió al medio-
- ¿Qué dije Alfredo?,...perdóname si te ofendí, yo no...
- no boludo...no me ofendiste...es que tu ultima frase es hermosa-
-¿Cuál?...no se que dije-
- nada Alfredo...- reí rememorando esas cosas que mi amigo tenia: era capaz de la frase mas contundente y directa, pero su sensibilidad poética, cultivada por años de lectura, lo hacían capaz de las mas bellas metáforas-...tomemos un taxi que el boliche ese no esta tan cerca, hay que caminar unas cuantas cuadras y estoy algo mareado-
- ¿queres que volvamos?...podes pasar la noche en el geriátrico conmigo...
- NO...y por favor...no me nombres mas al geriátrico...no quiero oírte hablar de tu cárcel- escupí con desaire- tengamos una buena noche...TAXI,¡TAXI¡- dije deteniendo a un destartalado siam di tella, al mismo tiempo que arrastraba a José hacia el vehículo
Mientras viajábamos, mi amigo parecía perdido en el paisaje tantas veces recorrido, absorbiendo desde la ventanilla cada esquina, como quien se despido de las calles que lo vieron crecer.
- , mejor que nos hayamos ido de ahí Alfredo- señaló
- ¿Por qué?
- porque el pasado ya es viejo, y la noche recién empieza- rió entre dientes
No sabia que contestarle, pero les juro, cuando lo mire a los ojos a mi amigo después de esta sentencia, fue como si lo hubiese visto en una fracción de segundos, 30 años mas joven.
Atesore esa imagen en mis retinas mientras el taxi siguió su rumbo hacia nuestro destino.
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