Estaba yo allí recostado sobre esa dura tabla, con mis brazos amarrados a los lados con esos ásperos lazos que me raspaban la piel crudamente...

Mis pies estaban prensados como con unas visagras y atornillados sobre la cama dura de madera.

De pronto, en medio de la oscuridad sin distinguirlo muy bien, la sombra de una persona se me acercó y comenzó a darme lo que yo sentía unos pellizcos terribles que provocaban gran desespero y gritos de mi parte..., entonces me di cuenta que a mis piernas les eran arrancados pedazos de piel con algo así como un alicate.

La sombra siguió hasta llegar a mi cabeza, arrancándome el cabello sin piedad con esas pinzas...

Yo gritaba y súplicaba al ser y al cielo por semejante trato pero todo era en vano...

De pronto, sentí algo terrible...
Intentaba cerrar mi ojo mientras gritaba, pero ese animal estaba dañando mi ojo derecho con sus poderosas pinzas..., intentaba arrancármelo, pero en su intento lo destrozó y la sangre fluía sobre mi rostro en tanto que mis gritos de desespero se iban apacigando por el estado de trance que me producía el dolor.

Luego la sombra despiadada hizo lo mismo con mi otro ojo y no pude ver mas..., el grito y el llanto era diferente, no tenía por dónde llorar...

Después sentí que como con un martillo el hombre destripaba mis testículos lo que me produjo el trance final por el dolor tan mortal que pude sentir en aquel momento...

Al principio sabía que moriría, pero nunca me imaginé que hicieran esto con un bebé de 7 meses de edad....