Inicio / Cuenteros Locales / ergozsoft / Alicura VIII
Sueños
Dejar la trinchera y subir en ese torno provocó algunos cambios en mi vida: ropa limpia y la oportunidad de ordenar ideas. Hasta tiempo de relojear el diario y responder avisos en búsqueda de otro empleo.
En el auto, ya con tanque lleno, estaba mi portafolios. Tenía en él unas cuantas copias del currículum, estampillas, papel, y sobres para carta. Cuando me tropezaba con algún aviso interesante, dedicaba un rato después de la cena en dejar el sobre preparado. Al día siguiente, en horario de almuerzo, aprovechaba para mandarlo.
No podía quejarme de aquello que había logrado: hacer unos pesos, sentirme otra vez capaz, ser útil, formar parte de algo, compartir con amigos... en resumen: recobrar autoestima.
Sin embargo y con cierto pesar, comprendí que tanto el corazón como la alcancía estaban listos para encarar otro vuelo.
En eso andaba pensando cuando apareció Matamala. Traía una pieza recién reparada, caliente aún en la parte soldada, para terminarla a puro torno. Le dije que estaría lista en menos de una hora y el chileno se quedó esperando que hiciera mi trabajo.
Un poco a escondidas, cebó unos mates y charlamos. Me contó que se volvía a su tierra en cuanto cobrara un par de quincenas más, lo necesitaba la familia en tiempo de cosecha y ya había juntado unos pesos. Muy contento andaba el hombre, contando los días para salir. También le conté algo sobre mis planes y compartimos esperanzas.
Cierta noche a mitad de semana, los muchachos necesitaban uno más para el truco de seis, completé un trío con el correntino y Medina. Un truco sin vino no es truco, pero así estaban las cosas y nos divertíamos un rato.
Después del partido, como es costumbre, vinieron las acostumbradas bromas que se le gastan a los perdedores, y la consabida excusa de éstos: habíamos ganado porque "ligamos" pero ellos jugaban mejor.
En algún momento, charlando de bueyes perdidos, Medina contó que estaba por salirle un trabajo en Mendoza, un hermano le estaba arreglando el asunto.
El correntino también andaba contento, tenía planes y antes de dormir me habló de ellos. Había heredado un local en su pueblo y estaba pensando en poner un boliche: En cuantito juntara lo necesario para comprar algo de mercadería...
Todos teníamos sueños. Quizás era la forma de adaptarnos a ese lugar donde todo era pasajero.
Éramos concientes: nada de lo que nos rodeaba permanecería en el tiempo, hasta la villa era transitoria. Una vez terminada la obra no quedaría nada. Para qué plantar un árbol si en poco tiempo, también desaparecería junto con nosotros.
En ese sentido hasta la gayola parecía más concreta, más permanente, más real. Una cárcel estaría en el mismo lugar, si con los años y luego de salir en libertad, al preso se le ocurriera alguna vez visitarla.
De la gamela en cambio, no quedarían ni rastros. Como si nunca hubiera existido, apenas un espejismo, mucho menos real que esos sueños compartidos.
Recuerdo que fue un martes, estaba dando la última "pasada" en un trabajo de tornería cuando avisaron de la guardia que tenía visita. Habíamos cobrado el viernes e imaginé a alguien de Zapala que acostumbraba llevar el sobre a mi familia.
De lejos reconocí el auto de mi mujer frente a la casilla de vigilancia.Su madre estaba conversando con el guardia y ella, que andaba por el octavo mes de embarazo, no había podido bajarse.
La alegría de verlas se agrandó con la noticia: En respuesta a una de mis cartas, me ofrecían un contrato en el Alto Valle. En la ciudad de Allen necesitaban un ingeniero para el montaje de una planta productora de embalajes. De ésos que se utilizan en la exportación de fruta.
La petisa no se sentía bien, demasiado esfuerzo había sido viajar en esas condiciones. Estrella nos podía dar la sorpresa de adelantar su nacimiento aprovechándose de una madre primeriza.
Con la premura del caso, pasé por la gamela a buscar mi bolsito y le dejé una nota al correntino junto con los vales de comida que ya no utilizaría, casi como una herencia.
Escribí una despedida para los muchachos, algunos garabatos de apuro que ya ni recuerdo y me fui, imaginando que volvería a verlos.
Cómo no hacerlo si eran mis amigos, casi mi familia. Además, aún tenía unos días por cobrar y visitándolos en algún viernes de pago, podría gastar esos pesos en una última noche de copas.
Nunca volví, y menos para cobrar esas monedas; fueron nada más que sueños de gamela...
ergo
Comentario de ergo lector
Como es costumbre en el autor, abraza nuevas formas de expresión literaria cuando aún están frescos sus anteriores fracasos. En este caso, otro intento poco feliz de ocultar su total falta de recursos con un uso abusivo, y a veces chabacano, del lunfardo o argot de Buenos Aires. Ha tratado, por supuesto sin éxito, de incursionar en la novela, como si bastara la longitud del texto para que el engendro pudiera encuadrarse en ese género. Entre otras aberraciones, merece destacarse la falta de continuidad y coherencia en la narrativa, producto de estados de ánimo demasiado variables.
La falta de profesionalismo surge claramente tanto en el desmanejo de la puntuación como en el uso repetitivo de adjetivos casi siempre fuera de lugar e inoportunos. Apela también al viejo truco de lanzar preguntas irrelevantes en el final de algunos capítulos. Vano intento de despertar interés en lectores incautos, por continuar en la búsqueda de un porqué, y descubrir finalmente que la trama jamás aparece. En tal sentido, merece destacarse la tan excesiva como inútil aparición de distintos personajes que no aportan, o mejor dicho, no pueden aportar, solución alguna ante la falta del elemento esencial de una novela: su argumento.
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Texto agregado el 17-02-2006, y leído por 732
visitantes. (15 votos)
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Lectores Opinan |
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21-01-2012 |
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No comparto tu feroz autocrítica a tu texto, porque hay sinceridad y originalidad en la búsqueda del camino propio, en este arduo ejercicio de la escritura.
Personalmente disfruté de la lectura , te digo que eres uno de los buenos de esta página. qoele |
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04-10-2008 |
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Será todo lo que usted dice señor Ergo, pero no sabe como la he disfrutado. Ríase si quiere, pero, mujer al fin, (yo) en algunos pasajes mis ojos se empañaron. avefenixazul |
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22-01-2008 |
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A los comentarios de ergolector, solo puedo dar mis comentarios de auripo "apenas sabido de generar una buena crítica". Como ya te lo había mencionado esta historia me ha llegado de cerca, ya que el trabajo en faena ha sido parte de mi vida. Me he llevado grata sorpresa al encontrar los personajes tales y como yo los he vivido, no hay nada de cuento, y si mucho de experiencia. auripo |
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20-09-2007 |
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Y colorín colorado "este cuento" que no es tal, ha terminado con un grato final. La familia reunida. Además por lo que relata es como que Ud. está acostumbrado a irse y poner punto final, es bueno ser así. Todos deberíamos imitarlo, cuántas penas nos ahorraríamos. Hay algo que no falla: "todo lo que empieza algún día termina, como la vida misma.Debería incursionar en otra novela. **** PeggyMen |
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12-01-2007 |
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Una historia feliz. Me parece tu autocrítica demasiado dura, pero es un buen ejercicio. He disfrutado mucho de la historia, sea como sea. Selkis |
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20-12-2006 |
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Hay escritos que no se leen: se diluyen como un caramelo en la boca, con gusto, con placer, con ganas... después ese sabor se queda un rato largo en la memoria emotiva. Coincido con crazymouse en lo de tu crítica, pero-.... sabés? yo me quedo con la historia y su génesis: ergo, con la vida, que es así, no tiene borradores, y cuando analizamos, nos damos cuenta que pudo ser diferente. Pero no tenemos oficio: lo vamos haciendo con el tiempo. Un abrazo y las estrellas... al cielo de Alicura. Para usté, mis respetos. Adriana cromascape1963 |
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07-12-2006 |
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La más dura de las críticas, la más exigente, la menos tolerante, es ( debiera ser ) la autocrítica. Y tu la hace aquí, sin ningún tipo de autocomplacencia o de concesiones. Eso, no hace falta que diga que te honra. Es evidente que así es. crazymouse |
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14-08-2006 |
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Ergo, un buen escritor humilde ¡ Y los has puesto a todos de acuerdo, compañero! Tienes que escribir más novelas. maravillas |
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06-04-2006 |
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Estimado don Ergo, he leído y disfrutado su preciosa historia; la leí completa en unos pocos minutos y sólo puedo decir que el estilo, los téminos que no conozco pero
que se comprenden de inmediato y que no dificultan la lectura, más la continuidad de los capítulos, sí hacen de su novela algo entretenido y que valió la pena leer. Felicitaciones y van mis 5*, las que también colocaré en cada unos de los capítulos. jorval |
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11-03-2006 |
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No lo leí como una novela, lo leí como una historia de vida y te aseguro que me encantó y las historias de vida son así, se terminan sin muchos porqué para dar lugar a otras. Escribís genial amigo mí. Besitos y estrellas. Magda gmmagdalena |
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07-03-2006 |
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Es buen escritor, pero su comentario como lector es difícil de compartir. Sería bueno que lo continuara. el-tabano |
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26-02-2006 |
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¿Se acabó? o tal vez continuará en otro sitio? Esperemos.... artriego |
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25-02-2006 |
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que textos mas geniales, me quede con ganas, pero bueno, aunque sea de otra cosa usted seguira escribiendo, y yo lo sequire leyendo zick |
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23-02-2006 |
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Y gueee, digamos que lo corto con el filo de cuchillo?.. pa darle un aire tanguero...
Y con lo bien que venia... mcrist |
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23-02-2006 |
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Si la terminás ahora serás el falluto mas grande del sitio. Está magnífica. Seguila. castillo |
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23-02-2006 |
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Si la terminás ahora serás el falluto mas grande del sitio. Está magnífica. Seguila. castillo |
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23-02-2006 |
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Si la terminás ahora serás el falluto mas grande del sitio. Está magnífica. Seguila. castillo |
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23-02-2006 |
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Si la terminás ahora serás el falluto mas grande del sitio. Está magnífica. Seguila. castillo |
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21-02-2006 |
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dejáte de joder Ergo. ergo ccrroonnooppiioo |
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21-02-2006 |
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admiro tu forma de escribir y hacer el relato..sos el mejor...***** NAHIR62 |
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21-02-2006 |
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Tiene razón vaerjuna... jajajaja... nada que agregar. Oro pro impatientia nostra et calamo tuo vacarey |
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20-02-2006 |
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Vos me lo dijiste una vez y retribuyo el favor (con muy buena leche, por supuesto): lo tuyo es FIACA.
Ese argumento sobre el supuesto argumento inexistente es insustancial. La novela viene bien, muy bien. Ahora, si vos sos FIACA y no te animás a seguirla, es otro asunto.
Yo sigo esperando que te dejés de joder y te pongas a escribir.
Hasta ahora cada uno de los 8 capítulos merecen (y tienen) mis 5.
Un abrazo vaerjuma |
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20-02-2006 |
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maravilloso texto lleno de fuerza osky |
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20-02-2006 |
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¿Sigue? Eso espero, me quedé sediento... (tenés al público pidiendo por más) Saludos, che! Sandi |
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19-02-2006 |
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Voy a criticarte algo, que observo en este texto y espero no lo tomes a mal. Observo una falta de compactación entre un párrafo y otro, tal vez debas unir algunos y revisarlos. Lo que sucede ché, es que estoy a costumbrado, a tu estilo siempre lineal y compacto... Claro, hay algunos que han caído en el boom de la desfragmentación espacial y temporal... pero ese nunca será tu caso. Te dejo mis cinco *****, porque tu historia me resulta agradable. vicentepaz |
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19-02-2006 |
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Si, Ergo, la autoestima, estar dentro del rodaje. También entiendo eso de apurarse por terminar la obra, a sabiendas que te quedarás cesante, pero así es el mundo de la construcción. Estrella llegó con su marraqueta bajo el brazo.
Si termina aquí, quedo contenta de lo que leí, si continúa... seguiré leyendo. Pero presiento este capítulo como el final, final de una etapa. La comienzas cuando el protagonista está cesante y se termina aquí cuando, una vez cumplida una etapa, desea iniciar otra. PatriciaDU |
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19-02-2006 |
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El tiempo que se dedica para soñar, recordar, escribir, leer o comentar estupideces es mejor no considerarlo perdido. ***** sorgalim |
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18-02-2006 |
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Leí de atrás para adelante los VIII acápites. Poco a poco me fui metiendo hasta querer comenzar de nuevo desde el primer acápite. Me cautivó el leguaje que usa el narrador y sus descripciones. Y, lo que más, cómo se va perfilando finamente la relación entre el "zapalense" (no sé cómo sería el gentilicio) y el correntino. Me molestó que al ingeniero le resultara tan fácil dejar la gamela. Me intriga su relación con el correntino, quisiera volver a verlos juntos. // Es primera vez que me aventuro a leer una novela aquí y me ha llenado de entusiasmo y expectativas. Mis ***** y espero el próximo capítulo. vacarey |
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17-02-2006 |
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que no se corte, Ergo!!! ccrroonnooppiioo |
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17-02-2006 |
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Me quedo intrigado con la última frase. Será que los sueños van a truncarse? Pasará algo malo? Te sigo con interés. zepol |
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