El hombre paciente ancla sus pies a la certeza de ver cristalizada su fe, alejando la veleidosa incertidumbre de sus pensamientos. El hombre impaciente, en cambio, desespera por no tener certeza alguna y ve como la incertidumbre desbarata el espejo acuífero de su fe.
Texto agregado el 17-02-2006, y leído por 171
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Lectores Opinan
17-02-2006
Paciencia y perseverancia son 2 armas muy poderosas. Quien sabe emplearlas, es todo un guerrero. esme_ralda
17-02-2006
el tiempo se venga de las cosas hechas sin su colaboración...me gusta el juego de cristal, espejo y agua encontrariaalamaga
17-02-2006
el tiempo se venga de las cosas hechas sin su colaboración...me gusta el juego de cristal, espejo y agua encontrariaalamaga