Tengo una fiera escondida bajo mi piel, he vivido por años presa de la confusión.
Por fuera me veo como los demás pero mi esencia es diferente, me he deprimido tratando de domar ese instinto que me impele a actuar de manera impulsiva. Me he recriminado por años por no ser normal pero caigo en cuenta de que cuando dejo actuar a esa parte de mi, primitiva y salvaje , es cuando mas feliz, mas plena me siento y descubro que lo que me hace diferente, lo que yo creía anormal en realidad es mi verdadero yo.
Si, soy una fiera, un animal y hoy me he prometido respetar mi esencia y mostrarme orgullosa ante las críticas a mi conducta.
¿Qué les puede importar a los demás como soy en realidad? Viven ciegos y solo hablan por hablar.
Que importa que los perros ladren si ellos nunca entenderán que a través de mis ojos percibo otra realidad, veo nuevas formas y colores, los aromas son intensos, el viento acaricia y la luna cobija. Que importa que esquiven mi mirada y que su estrecha mente no de con la respuesta de por que ahora sonrío.
Creen que he perdido la razón, pobres desgraciados, ellos no saben que sonrío porque respiro, porque ahora puedo ver dentro de mi, porque ya no miro al frente ahora miro hacia arriba, porque puedo hablar con Dios.
Ahora comprendo que cada quien vive como quiere vivir y si la locura me ha poseído que me dejen en paz.
Si ser loco es ser feliz déjenme con mi locura, para que quiero cordura en una vida gris.