De las moléculas a los payasos, de las cicatrices a los malhechores, de los postulados a los cangrejos, de los regocijos a los fermentos, de las palabras al alba, de los manchones a la cintura, de los altiplanos a los plátanos, de los suflés a las alfombras, de los comestibles a la circuncisión, de las pañoletas a las palometas, de los propóleos al eucalipto, de los presentes a la modorra, de los caniche a la dislexia, de lo forzado a los semáforos, de las plataformas a la mandioca, de los calefones a los rinocerontes, de lo rudimentario a las hadas, de lo hemipléjico a lo transparente, de las medusas a los tragos largos, de las palmadas a la mala racha, de lo untable a los transeúntes, de lo proporcional a lo inaudito, de la consagración a las milanesas, de las ofrendas a los picaportes, de los insultados a los pozos ciegos, de la embestidura a la propia piel.
Después de la trasgresión de mi propio placer me vuelvo cíclope y me duermo.
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