03:30 AM, barrio Bellavista. ‘Un mal bar, una mala noche’, pienso mientras me alejo de mi grupo de amigos para buscar un lugar con mas espacio para poder sobrellevar este aburrimiento. Odio estos lugares, nunca se porque acepto ir. Será porque me invitan o porque me gusta ver las caras de las personas simulando entretenerse, quizás me atrae el ver a las personas en un primitivo ritual de atraer pareja (bailar). Lo único que quiero es sentarme y no encuentro donde poder hacerlo sin incomodar a alguien, sin pedir disculpas por sentarme en una silla que esta ‘ocupada’.
03:45 AM, segundo piso. Encuentro por fin mi lugar, sólo que ese lugar es una parte escondida donde las parejas furtivas desnudan su mas sórdido sentimiento de pasión por esa noche, se puede sentir el calor de los cuerpos que anteriormente, ocuparon este sofá. Quiero acción, mi whiskey es malo y esta muy suave. Necesito adrenalina para mi sangre. Quisiera golpear al local, patear la modorra de la gente, escupir en su alegría. Ando violento, la música monótona me coloca así.
03:50 AM, sentado en mi sofá. Gritos al lado mío, me hago invisible soy un espectador que ve como se cumplen los deseos. ‘Tu tiempo ya llegó’ escucho en mi interior. Aprovecho de observar y escuchar lo que sucederá.
04:00 AM, segundo piso, sillas vuelan y la sangre también. Me fumo mi último cigarro antes de largarme de ahí con la polera ensangrentada un poco. La sangre de los tontos, la de los que no distinguen lo real de lo irreal, los que piensan que esta noche era de ellos. Veo a los dos tipos que se golpearon por una mujer, la que nunca les perteneció esa noche. Ella llora por alguien, podría ser por los dos o por ninguno. Yo por mi parte sólo atino a darle una aspirada al cigarro, tomar mi vaso y reírme a carcajadas por lo que vi, a sabiendas que yo podría ser el siguiente, pero mi espíritu estaba lleno, la adrenalina en su apogeo me haría enfrentarme a varios aunque se que perdería, pero necesito violencia. Quiero destruir el mundo, echarle gasolina al fuego de los bosques, balear al que no cumplió su palabra y dejó a su novia esperando, romperle el brazo al padre que golpeó a su mujer e hija esa noche, golpear al que sea solo por el hecho de golpear.
04:05 AM, primer piso en el bar. El barman me mira consternado, ve la sangre de mi polera pero no ve la de mi cara. Lógico, al idiota que golpearon no fui yo, solamente me invitaron al teatro de las bajas pasiones y los golpes, fui espectador de la irracionalidad y embrutecimiento por pensar con el pene y no con la cabeza. Le estiro mi vaso y un billete, ‘Más bebida para mi whiskey que esta intomable, una cajetilla de cigarros para el viaje y me llevo el vaso, algún problema?’. Esta noche la vida invita y yo nunca rechazo una invitación.
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