Ahora estoy mirando con recelo algo que no sé si me agrada. Quizá es la situación, como se han dado las cosas en mi vida, el orden de los sucesos. No lo sé. Lo que si comprendo es que a ratos me agota esta fórmula oxidada de acontecimientos… Es un orden arbitrario, inútil, ridículo y que me espanta.
¡Cómo es posible que me espante algo que por años fue mi centro de gravitación! Será acaso que por lo mismo idealicé figuras fantasiosas y ya nada está a la altura? No permitiré reproches, ni quejas. Esta es la vida que he construido. La creación más propia del individuo, las decisiones de todo momento, toda una vida, que ahora, justo ahora pierden sentido.