Caminaba hacia Sebastopol , una niña rubia gritó su nombre, rtzgrfffmicagoengrfff pensó, claro, sólo se acuerdan de mí porque les doy piruletas. Hacía un tiempo extraño, el sol brillaba rabioso pero los termómetros palidecían (incluso vió uno con los números morados), así que optó por ponerle la bufanda de Ágata a su preferido, Celsius , su mercurio rojo, su sonrisa, sus números verdes, la suave madera que envolvía su vidrio, nunca supo explicar que tenía aquel termómetro.
Una suave corriente de aire cuando giró aquella esquina le hizo recordar en una rápida cascada de imágenes mentales el Polo Norte, Un iceberg, el Titanic, tres pingüinos, su tía Gertrudis con aquella sombra de ojos gris perla y que esa mañana no se había puesto la damart thermolactil. Siguió caminando.
16:15 p.m
-Buenas tardes - le dijo con voz metálica, siempre saludaba igual, le resultaban insólitas las verjas de costumbres, parecía tan aburrido tener siempre el mismo tono de voz, el mismo color y que te abran siempre con la misma llave.
- Hola!!- le respondió.
Abierto.
Segundos después éramos 2, siempré recordará aquel día. El día P, podría haber soñado mil cosas pero nunca encontrar a alguien que potenciara sus poderes.
El segundo atraco fue aún más espectacular que el primero: Un nuevo expositor se encontraba situado a la izquierda de la puerta, aún sin desempaquetar, esta vez el individuo portaba un arma mortal, desde la puerta gritó: ESTO ES UN ATRACOOOOO, después todo se sucedió rápidamente, TOR se teletransportó hacia el expositor, CVC se levantó y la miró, fue suficiente, la escopeta imaginaria saltó por los aires, inmediatamente CVC se acercó al sujeto, que ahora se encontraba entre las dos mujeres y resolvió usar su arma, aquella que nunca fallaba, aquella mirada que provocaba el caos intestinal. El individuo, conocido desde ese momento como IDIOTALCULOTAMPOCODASNIGOTASUSTO, empezó a sufrir una tormenta gástrica y segundos después ocurrió, el propano afloró a sus pantalones , inmediatamente TOR hizo funcionar su mechero rosa con forma de mamut. Después accionó el ambientador.
Se miraron. Sabían que aquel hombre nunca volvería.
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