Juntos habitamos el silencio
sellamos puertas y ventanas,
el mundo hostil nos mira desde afuera
y es una larga tarde
de tocarnos dentro de los ojos
volviendo la piel al revés
atravesando locos
el límite establecido por las leyes
me duelen las sienes
de tanto ardor
y los sueños vuelan
con una carga infinita de ternura.
Texto agregado el 15-02-2006, y leído por 365
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