Invierno boliviano.
La lluvia cae inesperada
sobre un roto cuerpo yermo,
tierra rubia y despoblada,
el polvoriento desierto
parece estar tan enfermo,
con este futuro incierto
de las salinas escamas,
las estériles semillas,
esta tierra las derrama
como lágrimas vedadas,
por incalculables millas,
las estancias olvidadas.
La lluvia cae inesperada
rompiendo las blancas grietas,
la tierra toda impregnada,
resistiendo la tormenta,
permaneciendo muy quieta,
hoy la arena se amedrenta,
se filtra y se desvanece,
aquella alma remolino,
la tromba desaparece,
el movimiento incesante,
se oculta el viento fino,
retorna el mar inconstante.
La lluvia cae inesperada,
las alimañas se guardan,
se esconden de la vaguada,
del trueno y de su inconstancia,
esperando a que el sol arda,
la flor sale con prestancia
de esta comarca maldita,
aquí vive vida y muerte,
la porta el agua bendita,
cuando escasea y abunda,
dependiendo de la suerte
de esta tierra moribunda.
Dedicado a Luto13_
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