Todos los días pasa el amor corriendo por la calle frente a mi casa, aunque lo duden, los incrédulos.
Decidí, entonces, comprar unos zapatos tenis, de buena marca, cómodos, que me permitieran correr:
Un día tome la hora de la mano, tome mi ropa deportiva cómoda, para salir corriendo tras el y así comienza el juego, comencé a correr como loca tras el, como mi nariz aparte de ser pequeña, no funciona de forma correcta, mas las bocanadas de nicotina que le hecho, comencé a tratar de respirar. pero sentía miedo, mas tarde cuando casi lo alcanzo los segundos se hacían largos decidí descansar fumar un cigarro, mirar a cuantos hombres trotaban cerca, todos altamente definidos y claros tras lo que corrían, pero en eso los mire con cuidado unos trotaban, despacio muy despacio y se hacían viejos como si el amor les diera miedo, el compromiso de amar.
Cuando volteo la mirada para tiara el cigarrillo al suelo vi un hombre que le gritaba al amor, le pedía, le rogaba, le imploraba, que le diera alguien a quien amar, cosa rara a sus pies, tenia una mujer de labios rosas, atenta a su llanto pero el no la miraba al contrario la despreciaba, por que no era como él la deseaba, después de un rato salió corriendo tras una mujer que solo con escucharlo se sintió abrumada, tonta, por lo que él era y corrió mas fuerte alejándose de el...
Después de tomar mi descanso encontré un sin fin de parejas haciendo el amor entre matorrales arbustos, bajo una que otra figura del campo, muchas de ellas, lloraron por el abandono después del sexo, muchos de ellos lloraron por que ninguna de ellas quiso quedarse con ellos
Cuando por fin me decidí a correr tras el amor, vi en el suelo un hombre, y que hombre, como inconsciente, como sin sentido, un hombre que no estar tirado en el suelo jamás habría mirado y al ver sus ojos cafés el mundo me cambio pero solo lo mire moví, su gorra, de su cara, sus ojos también me miraron y como siempre reacciono salí corriendo, mas fuerte, como nunca corrí pase al amor y encontré a la soledad, no me dejo amar por que le tengo miedo al amor.
Tengo miedo de enamórame, por eso juego, de que me hagas falta, de que seas necesario, para dormir, para respirar, para pensar para sentir, en mi piel, en mi corazón ,en mis pensamientos, en mis cabeza, en todo mi cuerpo.
Después de la torpe caída, que sufrí, vi esos ojos cafés y cuando me miro, salió corriendo como alma que lleva el diablo y me di cuenta de que “Buscamos amor pidiéndole a dios no encontrarlo”.
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