DESDE MI VENTANA...
Hay un muro frente a mi ventana, siempre estuvo allí. No se que sería de él si algún día dejo de mirarlo. A veces pienso que se derrumbaría y tras su caída un torrente de agua, barro, cemento y hierros retorcidos arrastraría el lugar donde vivo... Es por ese motivo que lo miro. Hemos cruzado la mirada. Este muro tiene ojos amarillos como los de mi gato, pero no tiene solo dos ojos tiene cientos que parpadean en la noche y en el fondo de cada uno se presenta algún vecino, mudo, anónimo y sin brillo ... ¡Pobres! si dejo de mirarlos morirían.
Si estiro el cuello puedo ver el cielo. Es sólo un retazo azul oscuro, brillante y mudo, en él se mece la Luna suave y lasciva sobre un mar de nubes negras que no logran ocultar su esplendor.
Ahora hace frío, un pájaro como un galeón surca el cielo, y un chillido de desesperanza y misterio invade la noche, mi alma y al pobre muro.
No veo mares desde mi ventana, mi misión es la de cuidar el muro con mi mirada, detrás de él esta el mundo pero yo sólo veo los rostros de mis vecinos, aunque ellos no me conocen de mí, dependen sus vidas. Ay, si yo dejara de mirar el muro...
Entre ellos y yo no hay árboles que den su amable sombra a mi descanso, ninguno llega a estas alturas. Siento como el aire viciado sube por la pared de ladrillos y llena mis pulmones. No importa el humo del cigarrillo y el escape de los autos le dejan muy poco lugar para completar, pero siempre me queda la Luna, la inmensa Luna de cuento, la de verdad, la de mentira, que me mira y se sonríe. Aunque no siempre se sonríe, a veces llora en una expresión perenne y lánguida. Es así, la Luna a veces llora y otras ríe, o ¿acaso seré yo?. Esta luna que se pinta hoy en el cielo no sonríe, las nubes y los pájaros oscuros le están restando suavidad.
Mis lágrimas se han congelado al otro lado del cristal. Mi ventana se cierra, una vez más, necesito cerrar mis ojos y abrir las ventanas al sueño, donde no haya muros de ojos amarillos, desde allí podré ver los mares y océanos, y las olas inmensas que tapan el sol.
Y quizás, sólo quizás, pueda viajar a la Luna para comprobar si esa sonrisa o ese llanto que tiene es natural o pintado. Por ahora, mirando, sólo cuido que mi muro no se caiga... Estoy cuidando a mis vecinos.
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