Amigo mío le voy a contar una historia, que me paso cuando yo aun estaba vivo. Todo comenzó una de esas mañanas donde piensas que llevas una vida perfecta y crees que eres feliz, en esa mañana suena el teléfono, cuando contesto era mi novia, su dulce voz hizo que mi corazón convulsionara de la emoción de oír su voz de nuevo, pues ella se fue de vacaciones por un mes y no había visto durante ese tiempo.
Me dijo por el teléfono que ya había llegado y que si podíamos vernos en el lugar de siempre dentro de una hora, yo le dije que seria un placer que la extrañaba mucho. Después que colgué el teléfono, me apresure a vestirme de la mejor manera y salí rumbo a ella.
Como a una cuadra de distancia vi su figura en el horizonte, con su hermoso caminar de princesa europea y meneando su cabeza para echar su lindo cabello detrás de sus hombros, eso hizo que me enamorara mas , ella me vio antes que yo la viera , y grito Sebastián por aquí haciendo señas con sus manos. Cuando llego, me apresuro a abrazarla y besarla como si fuera toda una vida que la esperaba, ella aborreció mi abrazo y volteo su cara, desde ese momento comenzó mi desgracia.
Después de eso nos sentamos y yo le pregunte -¿Qué pasa por que estas tan extraña? Ella me respondió, -han habido muchos cambios durante el mes que pase fuera y tengo algo muy importante que decirte, yo le dije – dilo que por lo que veo no es nada bueno, en ese mismo instante se dibujo una sonrisa hipócrita en sus labios que nunca había visto en el tiempo que estuvimos juntos y me dijo- mi amor, nunca pensé que esto llegaría a pasar, pero por desgracia sucedió, lo que paso fue que el tiempo que estuve ausente, conocí a una persona que me hizo ver lo que en realidad sentía en mi corazón y me di cuenta que yo no te amo sino lo que yo siento por ti es puro agradecimiento, sinceramente lo lamento, no es mi culpa, solo paso y a raíz de esto creo que lo mejor para los dos es que cada quien agarre su camino. Yo le respondí, pero mi vida yo te amo, olvida a ese desgraciado y sigamos como antes, no me hagas esto, no veo mi futuro sin ti. Ella como la peor de los verdugos me dijo sin compasión – no te quería decir esto pero me obligaste, yo no te amo y no quiero volver a verte, es mas no me busques, no me llames y si el cruel destino cruza nuestros caminos, haz como si nunca me conociste.
En ese instante sentí como si mil puñales perforaran cada centímetro de mi piel y la desgarraran luego, después de eso le dije ella –me duele aceptar esta situación, pero si no me das otra opción, que te valla bien y que disfrutes tu vida con esa persona , quiero dejarte claro que como yo nadie te querrá y si al dejarme cometerás un error, no lo se, solo se que mi vida no será igual sin ti, ella me respondió –no lo creo, luego se levanto y dijo estas palabras que quedaron selladas en mi memoria sin modo de borrarlas, Sebastián la única razón por la cual yo me alejo de ti es que me canse de ti, lo nuestro fue muy lindo pero ya se acabo.
La observe detenidamente hasta que la perdí de vista y luego salí rumbo hacia mi casa, por el camino el destino me restregaba en la cara lo que me había sucedido, miraba a un lado y veía muchas parejas lo bien que estaban, algunas con hijos como yo lo soñé, otras a punto de casarse y eso destruía mi alma. Por el camino pensaba lo que iba hacer el día de mañana y no pude lograrlo, el dolor en mi corazón, eclipsaba mis pensamientos, tenia razón no veía mi futuro sin ella.
El camino a mi casa se hizo mas largo que de costumbre, una lluvia que apareció por el horizonte inundaba mi alma vacía con sus gotas llenas de soledad. Después de eso llegue a mi casa, abrí la puerta, prendí la luz y la vi por primera ves, estaba arres costada en el sofá, no me hablo, ni me saludo, solo me miraba yo le pregunte -¿Quién eres?, ¿Qué hacia allí?, ¿Cómo entro? y ¿Qué quería conmigo?, ella no movió ni un solo músculo, no respondió ni una sola de mis preguntas, solo estaba allí como si fuera idiota, me dirigí hacia mi cuarto a arres costarme un poco y pensar en lo que me había pasado, cuando me acosté en mi cama llego ella de nuevo le grite- que quieres conmigo? Ella ni si quiera parpadeo y lo que mas me extrañaba era que cundo ella estaba a mi lado sentía ese sentimiento de desear estar de nuevo con Gabriela pero no podía, eso paro mi era muy extraño.
Esa mujer sin decir ni una palabra se acostó en mi cama, la iba a empujar para que saliera, pero no pude extrañaba demasiado a Gabriela, se deslizaban lagrimas por mis mejillas de no verla, después de unos minutos ignore la presencia de ella y me quede dormido.
Al siguiente día no había parado de llover y un trueno me despertó, me levante y no la vi en mi cuarto, pero cuando fui a la cocina para hacer el desayuno, ella estaba allí, es como si supiera a donde yo voy a ir, le pregunte-¿quien eres?, y como siempre lo había hecho no me respondió. De repente tocan la puerta “toc, toc”, sonó y la mire a ella y vi detenidamente su rostro cuando decía –yo abro la estaba esperando, inmediatamente quede paralizado cuando escuche su voz, salí detrás de ella para ver quien era, cuando abre la puerta, veo la otra, apenas la vi me sentí mas solo que nunca, sentí que no tenia a nadie, ni amigos, ni mi familia, sentí que estaba solo con estas dos mujeres que me atormentaban hora tras hora.
La primera que vi tenia los ojos verdes y la que llego era exactamente igual a la otra pero con los ojos negros como una noche sin luna. Eran tan negros que no se podían ver ni la pupila.
La mujer de los ojos negros me hablo apenas entro y me pregunto -¿Cómo te sientes?, ya me entere de lo de tu novia ahora si que te quedaste solo, sin nadie, sin nada por eso vinimos mi hermana y yo para solucionar tu problema. Amigo mío esas palabras aunque venían de una persona que solo podría hacerme daño, llenaron por un momento mi mente de paz, pero esa paz fue efímera no duro ni una hora pues esas mujeres me torturaron con sus palabras y frases saturadas de puro odio y ganas de acabar con lo poco que quedaba de mi vida.
Las inunde de preguntas como: ¿Quiénes son? , ¿Quien las envió?, ¿Cómo se llaman? Y muchas más, pero no respondían, lo único que hacían era atormentarme cada instante de eso que algún día llame vida. Ya cansando de tanto tormento, cansado de extrañar a Gabriela, y de sentirme tan solo, que decidí ir para algún lado, no savia para donde lo único que quería era irme lejos de esas mujeres.
Cuando iba a salir me lo impidieron se pararon las dos en frente mío y me dijo –no creo que sea conveniente que salgas y yo le pregunte -¿Por qué?, ella me respondió – puedes ser que te encuentres en la calle a ella con él y cometerás una locura, le dije – no lo creo lo de Gabriela ya me paso. Después la mujer de los ojos negros me tomo del brazo y me llevo al cuarto se arres costo conmigo en la cama y me dijo –Sebastián date cuenta estas solo en esta vida no cuentas con nadie, mira nadie te llama, no tocan a tu puerta, esta solo, en realidad únicamente tienes a mi hermana y a mi, yo le respondí –no mientas yo a ustedes ni las conozco, no se ni como se llaman, ni donde vienen que les cuesta decirme, mirándome detenidamente con sus ojos negros me dijo –tranquilo Sebastián pronto vas a saber quienes somos.
Después de varias horas estaba desesperado, no aguantaba más la tortura que me hacían esas mujeres, una llenaba mi memoria con recuerdos de Gabriela, como si alguien le hubiese dicho todo lo que ella y yo vivimos, la otra me restregaba en la cara lo solo que yo me encontraba, aunque ella no tuviera razón, me hacia sentir tan solo y abandonado que deseaba que la muerte me llevara, deseaba acabar con todo asta con mi propia vida.
En esos momentos el pensamiento se nubla, uno no razona solo actúa simplemente, por inercia o por lo que esas dos mujeres me decían. Seguían atormentándome aunque no tocaban ni un centímetro de mi piel, pero con sus palabras me hacían sufrir más de lo que ahora estoy sufriendo.
Unos minutos después sonó el teléfono y por desgracia la tortura de los ojos verdes contesto, no oigo bien lo que habla pero cuando cuelga me dice –no te preocupes era equivocado. La de ojos negros me habla luego y dice –no te das cuenta, no le importas a nadie, no te llaman, no te buscan te ignoran. En ese momento sentí como una lluvia de agua fría en mis entrañas y me dirigí hacia la azotea, tome una cuerda y baje hacia la sala, en el camino le hice un nudo a la cuerda, aunque las mujeres sabían lo que iba hacer no lo impidieron, durante los minutos en que arreglaba todo se quedaron tranquilas sin decir ni hacer nada.
Traje una silla de la cocina, tire una punta de la cuerda sobre la lámina de mi techo y la amarre hay, después me monte enzima de la silla y tome la cuerda la pase sobre mi cabeza, cuando la cuerda rozaba mi rostro sentí que ya no me quedaba nada y que no había vuelta atrás, apreté el nudo y cuando iba a soltar la silla, aparecen ellas y me dicen –Sebastián ya nos vamos, hemos concluido nuestra tarea aquí y se dirigieron hacia la puerta, antes de abrirla, se regresan y me dicen –haaa… se nos olvido, extendieron sus manos y dijo la de los ojos verdes, mucho gusto Nostalgia y la otra dijo el mío es Soledad y al momento tocan la puerta varias veces y después gritan Sebastián, era la voz de mi amada, la veo al asomarse por la ventana, cuando me iba a bajar de la silla esa mujer la golpeo y empieza la cuerda a apretar, a destrozar mi garganta y muero poco a poco guindado del techo de mi casa y al otro lado de la pared la mujer que amo, que vino a buscarme pero ya tarde.
No se si dolía mas la cuerda apretando mi cuello o que por mi culpa, por mi estupidez, por mi propia ira o quizás por esas mujeres envidas por el mismo señor de donde me encuentro, no vería mas a Gabriela, esa mujeres me torturaron en los momentos que estuvieron conmigo, me hicieron sentir solo y eso me impulso al suicidio.
Te cuento mi historia desde el lugar de mi propia agonía, donde la tortura y el castigo son cosas de la rutina diaria, aquí donde estoy no hay descanso, no se duerme solo se sufre segundo a segundo.
Autor: Jackson.J Carrero.M
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