Así de Simple
Era tan simple,
con sus cabellos de seda,
transparente como el agua,
amargo como la cicuta.
Era tan simple,
que daba miedo mirarlo,
la simpleza a ratos reflejaba sinsabores.
Era tan simple,
que el agua corría a sus pies,
así nada más
con ganas de respirar
así nada más.
Era tan simple,
sus ojos de pantano,
sus labios de cereza,
¡puta que era simple!
si hasta daba miedo
quebrarle las muñecas,
robarle un trozo de hielo,
lo poco que tenía,
lo poco que quería darme...
Era tan simple,
que así, en un día como estos,
sin mucha novedad,
quiso dejar de ser simple.
Porque era tan simple,
que llegó a ser complejo.
Y ahí me dejó,
una vez más,
con la amargura entre los labios,
y las manos impregnadas
de aquella simpleza.
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