Inicio / Cuenteros Locales / Equivoco / Un día después de la muerte
Hoy puedo decir soledad y no sentir remordimiento,
acariciarme, sentirme amado por mi, eterno.
Mirar la ventana y no ver el vidrio,
cantarme una canción sin prosa alguna.
Podría inmiscuirme en la locura
sin siquiera reflexionar en el pasto,
sin mirar el rostro del cemento,
sin acariciar los senos del viento.
Soy de uan raza casi extingüida,
reconocida por el poder la fantasía,
destruída por el peso de lo real,
elevada por su estúpida valentía.
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Texto agregado el 24-11-2003, y leído por 219
visitantes.
(3 votos)
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Lectores Opinan |
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04-02-2004 |
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Excelente tu poesía.
Un abrazo Pinocho |
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24-11-2003 |
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sin lugar adudas, otra exquicités!
francisco. sacanueces |
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