Al despertar, Sólo sé que me sentía triste y que no podía quitarme el sentimiento de encima, estaba tan dentro de mí que esta sensación paso a ser parte del mi mundo real y de mi mundo imaginario.
Fue un día caluroso, yo estaba junto a él y cada vez que lo veía sentía un fuerte cariño hacia esa figura de fuerte caballero. Me sentía tan en casa, sentía que estaba en mi sitio pero que la felicidad se escapaba de ese castillo tan lujoso en el que me encontraba- ¿yo, hija del rey, cómo puedo estar triste?- me pregunte. Pronto llegó la explicación hacia mi mente. Él se iba, no sé porque ni cuando pero se tenía que ir y dejarme para pelear por algo indefinido o que yo aun no definía, me dejaba y yo me sentía abandonada y solo me quedo el refugio de mi elegante cuarto, mi cama, mi llanto y mis sueños.
Mi ser cayó en profundo sueño del cual solo me saco un ruido extraño, solo comparable con el trote de los caballos. Desperté no me sentía extraña, pero sí igual de triste, ya no estaba en ese castillo elegante lleno de lujos y maravillas, ahora estaba en un cuartucho y una señora con unos zapatos de taco me despertó con el sonido de estos al paso rápido de su caminar, mi tristeza seguía acompañándome y no me quería dejar para nada. Pronto salí con ropas extrañas y me propuse comer algo pero no pude por la depresión, yo sabía donde estaba pero no sabía cómo explicar que tenía conocimiento de ese lugar, todavía recordaba el castillo y a mi amado, pensé en buscarlo en ese lugar y me dirigí hacia una casa que tenia más lujos y era más grande que de donde salí. Él estaba ahí, no sé como ni porque lo encontré pero lo hice, toqué un aparato ruidoso que tenía una extraña forma, como los botones de las ropas, él al escuchar salió y me recibió con la más horrible cara que pueda ver un mortal. El estaba en desacuerdo conmigo, no me quería ver mas, decía -eres una chiquilla que no sabe nada, no sé como me pude meter contigo, yo sabía que no vales nada - sabía que lo que decía era falso pero me dolía cada letra pronunciada de su boca, pronto a mi cabeza ,recuerdos inciertos vinieron y logre ver como ese amado mió me hacía feliz en algún trozo de nuestra historia pero que pronto se desvanecía con la frase que tanto se repetía en mi cabeza” tu no vales nada”, No soporte más y caí en su sofá y de tanto llanto dormí como el más fuerte de los osos en el invierno, tratando que mi sueño sea el escape.
Como por arte de magia volví al castillo, supe que todo fue un sueño y que mi amado nunca diría tal grosería hacia mi persona, que él me amaba tanto como yo a él, pero tenía que partir , partir lejos y abandonarme a mí y a mi corazón y dejarnos a nuestra suerte. Yo comprendí y acepte con la dulzura que una noble dama acepta lo que su amado le dice pero por dentro mi corazón lloraba por su decisión. Sentía su calor cerca y con solo el pensar en su partida mi alma extrañaba su presencia. Cuando llegó me miro con un triste gesto y me dio la noticia que menos esperaba - hoy es el día de mi partida, te amo pero te tengo que dejar e irme a luchar con las tropas de tu padre para que tu herencia siga siendo tuya – al fin de estas palabras nuestros labios se pronunciaron con un fuerte y apasionado beso en el cual nuestras almas se entregaron para estar juntas por ultima vez, mas en ese instante volví al sofá en la casa de mi amado, no sabia que paso pero lloraba sin cesar y sentía que mi mundo ya no tenía sentido, oí a esa persona que tenía la misma figura de mi fuerte caballero pero que no era ni la mitad de lo que mi amado es, pero para ese momento lo amaba con todo mi ser y me decía a mi misma – pero cómo ,un hombre que me amo tanto , que me juró que me quería y ahora solo me insulta y lastima ¿como es posible? – y me sentí desdichada , pronto él apareció y con unos depósitos extraños ,que estaban llenos de sus ropas, me miró con desprecio y ya casi en la puerta me dijo – no viviré más aquí, sé que sólo me traerá recuerdos de ti , maldigo la hora en que me crucé contigo – y comenzó su camino, yo en un llanto incesable cerré mis ojos y volví al castillo donde mi llanto era igual de triste pero no me sentía tan lastimada –sé que me ama y volverá para por fin estar juntos, no desesperaré pues lo sé, me ama y me basta – dije mientras por mi ventana veía a él y su corcel cabalgando por el valle que seguía a mi castillo , deseé quedarme ahí, me sentía triste por la partida pero amada, pero mi desdicha siguió y al cerrar un segundo mis ojos volví a aquella puerta decorada con la partida de aquel hombre que me amó y que hoy sólo se iba pues esa llama de cariño se había apagado. Yo sabía que eso no era real y que sólo era un sueño, pero no podía despertar, ya no quería seguir pensando en ese momento triste que estaba viviendo, quería irme a mi realidad, a mi castillo, a mi ventana, a mi lujosa cama y a mi triste historia del caballero y la princesa, pero no podía volver, traté y traté de despertar pero no pude, y nunca lo hice.
Al ver que no podía volver, al ver que todo fue un sueño, quise correr hacia sus brazos y pedirle que no se vaya, que lo amo y que haría todo por él, pero no podía hacerlo ya que no merecía tal cosa luego de lastimarme y yo no merecía más heridas.
Muchas veces quisiera volver al castillo y poder ver al caballero que regreso para unirse conmigo en matrimonio pero nunca pude, sólo era algo imaginario que por alguna razón mi mente creo para ayudarme o para ilusionarme. Muchos dicen que la vida es una y que los sueños solo son eso, sueños, que no tienen vida y que no la tendrán, pero hoy les digo que si pudiera dar a mi sueño la vida que tiene esta maldita realidad, no dudaría ni un segundo en cambiar esta vida estúpida por un sueño, sueño que poca vida tiene pero que vivirá en mí por siempre.
Dedicado a carla cusi, la chiquita que con sus pensamientos inspiró este gran sueño hecho realidad
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