El gran sueño.

El insomnio lo aquejaba hace días, era incapaz de conciliar el sueño reparador que tanto ansiaba. La lluvia golpeaba su ventana, así, como si él la estuviese llamando constantemente, afuera parecía un diluvio incontenible, que venía desde lo más profundo de su ser.

Necesitaba dormir o al menos parecer que durmiera, así que se sumió en un sueño narcótico del cual no quería despertar. Él sabía que si lo hacía, seguiría siendo rondado por la cotidianidad y la monotonía, prefería sumirse en un mar de pesadillas acres, pero al menos el parecer estar dormido lo aliviaba.

La lluvia golpeaba su ventana hace tantos días ya, pero ni el sueño más largo haría que ésta dejase de caer, ni el sueño narcótico le permitió acallar el dolor que llevaba dentro. Así que miro hacia fuera y resignándose comprendió que por su ventana llovería eternamente.