Sólo la vi, mis ojos, mi cuerpo y mi corazón se enamoraron de ella. Aquel día sólo pensé en su rostro. No pude comer ni hacer nada, ya que su mirada me tenía paralizado, sólo atiné a dormir y pensar en ella.
Volví al lugar donde la vi por primera vez, la encontré y la seguí, pude entablar diálogo con aquella diosa, yo le gustaba y ella a mí. Conversamos y en poco tiempo ya sabíamos todo sobre nuestras vidas y del triste pasado por no tenernos el uno al otro. De pronto un abrazo marcó el inicio de nuestro amor y una caricia suya fue el inicio de mi adicción por ella. Sólo nos mirábamos, no podía decir nada, quise expresarle cuanto la necesitaba pero ella se me adelantó y acercándose me besó y logramos decirnos todo lo que queríamos sin utilizar sonido alguno. Su rostro estaba tan cerca del mío que podía sentir su respiración, su calor; estaba totalmente estúpido con tanto amor. Nos separamos un poco y un timbre sonó, su imagen se perdió, quedé en un cuarto oscuro y de pronto vi el techo de mi habitación, apagué la alarma y me levanté triste y decepcionado.
volví al lugar donde la vi mas no la encontré y en verdad nunca lo hice mas yo casi siempre la veo cuando tengo los ojos cerrados y cuando estoy reposando en el calor de mi almohada.