Hoy, observé a unas pequeñas hormiguitas y vi como se ayudan otras, colaboran todas y son muy trabajadoras. También las abejas, enseñan sobre la labor incansable y la tenacidad y si miramos a cada uno de los animalitos, comprenderemos que nos brindan una enseñanza.
La naturaleza, es tan sabia que nada se mueve sin un equilibrio. La lluvia aparece cuando es preciso, el sol sale oportunamente.
Nuestro cuerpo, más perfecto que una máquina, tiene una coordinación 100 % perfecta y todavía hay quienes nos quejamos porque no hay nada que hacer, porque no tenemos nada ( y tus manos, tus ojos, tus órganos y todo tu ser).
De hoy en adelante, tal como lo he hecho algunas veces, agradeceré a Dios, cada minuto de mi existencia, por darme vista para apreciar los bellos paisajes, por escuchar la música que canta el Ruiseñor o la cascada, por oler las perfumadas rosas, por tocar las manos de aquellos a los que otros desprecian ( ancianos, huérfanos, prostitutas, adictos) y por probar lo que la naturaleza pone a mi alcance.
Hoy, doy gracias a Dios, también por el que lee este texto.
Gracias. |