¿Te acuerdas cuando estábamos sentados al pie de aquél árbol y pasó aquel hermoso animal por ahí corriendo?

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¡Cómo percibo lo que habla la grama en un día de sol!

Escucho sus conversaciones, su verde forma de conversar entre ella misma y con el viento, lña nube y el sol. ¡Cómo me alegro de todos esos sentimientos!

Y cómo habla de los bravos que pasaron y dejaron su pisada y cómo habla de los que pasarán.

¡Cómo me alegro del sudor del caballo y de la forma en cómo el suspiro mueve el aire a su alrededor!

¡Cómo me alegro de la risa del viento! que carga consigo todas las sensaciones recogidas en su camino.

... y por allá va tu risa ... y por allá más atrás viene corriendo la mía.

¡Cómo me alegro de tu mirada de ámbar! que bien sé que no se puede decir en palabras.

¡Cómo me alegro de haber enviado esas cartas cuando tuve la oportunidad de viajar al más allá.