Pensar que cuando era chico creía que en todos los cinco de enero, todos los niños esperarían nerviosos y ansiosos a los Reyes Magos;
Y creía que iba a tener al viejo siempre, que jugaría conmigo a la pelota los domingos, que mi bicicletita azul siempre sería igual;
Y mi mascota me acompañaría a la escuela de blanco y azul todos los días sin cansarse nunca,
Que el reloj pasaba, pero el tiempo no.
Hoy, me sorprendo en el espejo; un viejo amigo que a veces me da vergûenza mirar, y no exactamente por mi estética;
Pero comprendo que los Reyes no existen en la medida que no quieramos y no que no creamos,
que los viejos van a estar siempre, los veamos o no los veamos,
que mi bicicletita azul está siempre guardada en el taller de mi corazón,
y que la mascota que acompaña a mis niños a la escuela de blanco y azul existe: Soy yo.
Por eso, quiero transmitirles queridos amigos,
que el tiempo no es el reloj,
que la vida es mucho más que lo que tengamos,
y que lo principal es lo que hagamos.
Más allá de que la normalidad dice que los saludos se envían en determinadas fechas, como el tiempo no es un almanaque, les deseo un feliz ser y un mejor existir. |