Según datos publicados por el ministerio de economía las grandes empresas españolas obtuvieron en 2005 un incremento medio del veinticinco por ciento de beneficios netos con respecto al año anterior. Mientras que durante ese mismo periodo muchas de estas empresas congelaron los salarios de sus empleados y en algunas de ellas, no conformes con ello, además se alargó la jornada laboral de sus trabajadores sin contrapartida económica. Los trabajadores no tuvieron mas remedio que aceptar las nuevas condiciones ya que las multinacionales amenazaban con trasladar sus plantas de producción a países con una mano de obra más barata, y sin molestas organizaciones sindicales, para poder mantener su ritmo actual de crecimiento.