Y se despertó, despertó del aturdimiento que había durado años en su mente, despertó de la inocencia de ser niña para ser mujer, despertó de una vida normal para comenzar una vida especial, la suya; por eso despierta…sonríe…coge una afilada espada y se prepara para luchar por ella misma, por los que quiere.
Sale a la calle y se da cuenta: no se lucha con espadas, se lucha con el corazón; por eso despierta…sonríe…mira a su alrededor y se da cuenta de que no desea nada mas, de que es feliz y solo quiere que los demás lo sean…y entonces: despierta…sonríe…mira el cielo y ve amanecer, se da cuenta de lo bello que es el sol, de cómo sus rayos la iluminan y hacen que surga en su boca una sonrisa. Calienta, protege y envidia su felicidad. La felicidad de quien sabe que vive y por eso se permite soñar sin dejar de disfrutar de algo tan efímero como es su propia vida
Siguió caminando pues sabia que no era bueno parase, ya que costaría mas volver a comenzar la marcha. Caminó y recorrió el mundo en unas horas, su mundo. Era como volver a nacer y darse cuenta de todos los pequeños detalles que antes había pasado inadvertidos para ella y sin embargo sabia que era de esa forma de la que estaba dejando de ser una niña.
Descubrió que el cielo brilla cada día solo para mirarlo, que las calles están solo para que recorrerlas y la gente vive solo para ser feliz, y lo son aunque algunos no se den cuenta.
Miraba a la gente a la cara, a los ojos y descubría un nuevo misterio y un mundo nuevo cada vez que se asomaba a unos, cada uno era especial.
Se encontró con un chico y al mirarlo fijamente descubrió en el algo que no pudo olvidar: el brillo de sus ojos era mágico, indescriptible, hechizante. Se descubrió a si misma enamorándose.
Y caminando se le hizo de noche y decidió volver a su casa, pues su mundo también estaba allí dentro, y antes de acostarse, miró por la ventana: sorprendió a la luna guiñándole un ojo, leyéndole el pensamiento con sus rayos blancos que atravesaban su ventana… y su alma.
Y recordó un brillo en unos ojos especiales que le hacían soñar despierta y vivir sonriendo…recordó sus ojos y miró la luna que le dedicó su mas tierna sonrisa
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