Para mi hija, con cariño
Llegaste desde el cielo
como una bendición,
eres gran consuelo
que Dios me envió.
Carne de mi carne,
ser de mi ser,
niña de mi vida,
eres mi querer.
Tanto pedí a Dios,
este gran regalo,
y se me concedió,
como algo muy sagrado.
El ocho de febrero,
mi vida ya cambió,
eso es lo que yo espero,
por lo que Dios me envió.
Con alma inocente,
pureza angelical,
eres el presente,
del trono celestial.
Iluminas mi vida,
eres como un lucero,
mi niña tan querida,
tú sabes que te quiero.
Con tu sonrisa
alegras mi existecia,
tú eres esa escencia
que mi vida acaricia.
Gracias te doy Señor,
gracias por darme tú,
este tan bonito amor,
llamado, Karla marilú.
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