Asthent llegó al pueblo, el sol se había escondido temprano, eran días de invierno y, al irse la luz, el pueblo parecía abandonado. Se apresuró a entrar en su casa donde encontró a su padre sentado a la mesa.
Una lágrima corrió por la mejilla de Entpil, fué él... él había asesinado a su hermano, quién había matado a la mujer que fué como la madre del Sin-Nombre. Se pagaba siempre la muerte por muerte?? Si ahora ella lo asesinara, Quién moriría mañana? ella o su hermano... Asthent!! Había ido por su padre, no tardaría en regresar... y a pesar de lo que acababa de escuchar no se sentía capaz de dejarlo morir.
-Vámonos, corres peligro aquí.
Entpil se apresuró a internarse en el bosque seguida de cerca por el muchacho. Las lágrimas aún se deslizaban por su rostro... pero no quería vengarse...
Por otra parte el Sin-Nombre la observaba con atención, la habia visto desde hacia varias semanas, se escondía en el bosque sólo para mirarla a la distancia, y no conocía el sentimianto que golpeaba en su pecho cuando la veía aparecer de entre las casas... hasta ahora, lo único que recordaba haber sentido era soledad y odio. Miró como su cabello rojo intenso se balanceaba, constrastando con la oscuridad que se esparcía por los árboles... y recordó a aquél, el que había matado a la mujer en ese mismo bosque, vió primero su cabello rojo-anaranjado y luego de hacer un esfuerzo pudo visualizar su rostro y sus ojos... eran...
-No te he dicho mi nombre- murmuró ella deteniéndose de improviso.
El Sin-Nombre sacudió la cabeza, al no tener él uno de daba cuenta de la poca importancia que tenían.
-Cuàl es?
-Mi nombre es Entpil.- dijo ella luego de voltearse a observarlo.
Dos ojos rojo oscuro lo fulminaron, vió en el centro algo que se movía, como un fuego a punto de extinguirse y el rastro de una lágrima reciente... Sus ojos... eran esos ojos! Los ojos del asesino eran los mismos...!!!
Se quedó petrificado y sus pupilas disminuyeron hasta casi desaparecer por la sorpresa.
-Que sucede?
-Tus ojos son... son como...
Entpil bajó la mirada y dudó entre decirle la verdad o no, luego lo miró directamente y susurró;
-Se llamaba Ibent... tenía veintiún años, el pelo más claro que el mío y los ojos oscuros como yo... Era valiente y sencible, nunca usó sus poderes hasta aquella noche luego de la cual nunca fué el mismo, nosotros debemos estudiar nustros poderes durante un tiempo después de que estos se manifiestan, practicarlos y perfeccionarlos, pero ni él ni yo estubimos interesados en usarlos... mucho menos en atacar a alguien con ellos...
"Ibent...-Entpli respiró profundo antes de continuar- Ibent era mi hermano.
El Sin-Nombre retrocedió un paso, temblaba.
-Yo...
-No tienes que decir nada, muchas palabras de consuelo estube obligada a escuchar... y una disculpa estaría fuera de lugar viniendo de tí... Realmente estubo bien que muriera de esa forma, antes de que terminara de enloquecer perseguido por el recuerdo de su víctima... o se suicidara.
"La culpa es de las leyes de mi raza, de nuestra naturaleza, de nuestros poderes... pero no hay nada que yo pueda hacer contra ellos. Ahora mismo yo debería matarte por conocer el secreto que mi pueblo se esfuerza por esconder. Pero no puedo...-En ese momento los ojos de Entpil volvieron a llenarse de lágrimas- No puedo...
Fuera cual fuera el sentimiento que él tenía hacia ella , ella también lo sentía por él.
-Yo tampoco pude matarte...-respondió él mirando el piso...-Pero no sé el nombre de lo que siento por tí.
Entpil levantó la vista, se acercó a él y lo tomó de la mano.
-Vienen por nosotros, vamos...
Siguieron caminando por el bosque, hasta que ella se detuvo a la orilla de un profundo abismo, ambos se asomaron a mirar por el borde y vieron en el fondo algunas rocas y pastizales.
Debes huir... no nos volveremos a ver.
el muchacho se quedó estático, no sabía el porqué de aquellas palabras, Entpil se empinó y le dió un beso de despedida en la mejilla, cuando se alejó, el pudo ver que volvía a llorar, entonces agachó la cabeza y la besó levemente en los labios.
-Adiós.
-Adiós... |