Siempre sacando diez
y no estaba contento,
él no quería saber,
de números ni cuentos.
En todo era el mejor,
así se lo decían,
aplausos al por mayor,
de muchos recibía.
Estudió en muchas escuelas,
hasta obtener su profesión,
y siempre en todas ellas,
él era el mejor.
Menciones honoríficas,
eran una costumbre,
y aún así se veía,
que por algo sufría.
Recuerdo aquella tarde,
que me dijo llorando,
no ha venido mi padre,
aún lo sigo esperando.
De verdad te digo amigo,
no lo digo de broma,
canbiaría mis diplomas,
por tenerlo hoy conmigo. |