Gallinita ciega, triste pájaro discapacitado, no sabrás el color de tus polluelos, no conocerás la mano que te asesinará para transformarte en parte de la cadena alimenticia. La niña María, perdida en el bosque, baila que baila que baila, hasta que aparece el danzarín, un tipo que pretende seducirla, la niña María se resiste y huye, ya se le quitaron las ganas de bailar, el tipo la persigue, pobre niña María, perdida en el bosque, quizás nunca más desee bailar. Corre el anillo por un portillo, hasta que cae en las manos de un ladrón que se lo queda para sí y su dueña llora, no por el robo en si sino porque se ha terminado abruptamente el juego. El anillo va a parar a una casa de empeño y es dejado allí, dentro de una caja y ese es otro juego, el juego de la usura, del abuso. El ladrón jamás regresará a rescatar el anillo, algunos hombres no saben jugar. Caballito blanco, llévame de aquí, llévame muy lejos, adonde tu quieras, cabalga las estrellas, perfora el infinito, llévame bien lejos, llévame de aquí. Ha llegado carta ¿Para quién? ¿Para quién? ¿Quién espera carta? ¿Quién tiene un hijo desangrándose en la guerra? ¿Quién aguarda la misiva de su enamorado? ¿Qué pasó con Mambrú? ¿Ganó? ¿Perdió? ¿Era en realidad un mercenario? Juguemos en el bosque mientras el lobo no esta ¿Lobo está? -Si, me preparo para declarar en un juicio en mi contra. Yo no fui, eso lo aseguro, ellos nunca debieron merodear cerca de mi guarida, no debieron hacerlo. No fue mi culpa, fue la fatalidad…
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