Me empuja el fonema a decirlo con pena: florece el poema, por dentro se quema. Me piden permiso las sombras pasadas para reírse en mis entrañas. Mi cuerpo sangrante se tiende cansado sobre la hoguera que habrá de abrazarlo. Un canto no basta, no basta un silencio, tan sólo la rima que bebo despierto: el verso está triste, el pasto asolado, tu risa inflamable se pirde en el lago.-
Texto agregado el 04-02-2006, y leído por 213 visitantes. (1 voto)