Dejad paso a la poesia caliente, a los susrros del alma en los oidos fragiles, cabernas inmensas donde se destilan los recuerdos del primer vientre. Dejad paso (entre la multitud) a los discipulos de la memoria sin tunica, no os alarmeis solo existen en mi pensamento.
Mi duda.
Dejad paso a la luz que derrite el destino de mi mascara de cera.
Y me reire hacia adentro de mi mismo. Hacia el camino de un solo recuerdo perdido en una noche de verano.
Y caminaré hacia el inmortal olvido que satisface todos mis sentidos.
Texto agregado el 04-02-2006, y leído por 96
visitantes. (2 votos)
Lectores Opinan
04-02-2006
Una noche de verano marcada. Es evidente que dejó huella. restorach
Para escribir comentarios debes ingresar a la Comunidad: Login