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Inicio / Cuenteros Locales / FailedDreams / \"Carne crédula, Alma Belicosa\"

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Y de pronto, yacía el cuerpo de alguien alguna vez querido.
Nadie siquiera se preocupó de lo que sucedía con su corazón; ¿Acaso latía? ¿Por qué falleció de una manera tan brutal que solo Dios comprenderá?
Un alma totalmente ajena a los demás ¿De verdad lo querían? ¿O solo abusaban de su confianza pretendiendo que nadie lo descubrirá?
Invisibilidad y vulnerabilidad, son solo palabras que pocos conocerán, pues llevan una vida manejando situaciones ajenas a su propia realidad, una admirable lucha por conseguir lo que se quiere de una manera excesivamente injusta ¿Acaso lo lograron?
La envidia sobrecargada que su aura pesaba, solo desató a una muerte más rápida y apesadumbrada, las sonrisas de la gente, solo engañaron su bienestar.
Ese mañana todo parecía confuso, la niebla matinal dejó a Thomas sin respiro, exhaló e inhaló el aire consumido en mentiras construidas a sus espaldas; éste sin darse cuenta, tomó el camino más largo a la cafetería más cercana, pareciera que Thomas, solo quería huir de la naturalidad en sus costumbres.
Al llegar, la gente le sonreía, la mesera mas atractiva tincó a atenderlo, solo en espera de una buena propina.
Pone el periódico local sobre la mesa, la portada le llamó mucho la atención.
“Asesino prófugo en busca de nuevas víctimas, desata el terror en nuestra ciudad”
- Pensé que lo habían arrestado
Interrumpe la mesa con cara de sorprendida poniendo el café sobre la mesa
- Claro, lo mismo creía yo, este tipo a cualquiera puede atacar…
- Pondré doble seguro a mi puerta
Dice la mesera con los ojos imaginablemente extendidos antes de retirarse
- Gracias…
Minutos después, Thomas al dejar una considerable propina sobre la mesa solo en cambio de una sonrisa grata, siente como la gente lo observaba, se sintió excluido en su propia especie, la anómala situación lo desconcertó mucho, consumiendo así sus ánimos y sus ganas de seguir el día con una sonrisa en la cara, algo aún más extraño entre todos sus compañeros.
Thomas trabajaba en una planta dedicada a productos agropecuarios, su cargo, pues era el de ejecutivo principal, su padre era el presidente de la compañía, por lo que le esperaba una considerable herencia en caso de que este falleciera; lamentablemente, las cosas sucedieron de manera inversa.
La vida de Thomas encaja perfectamente con la de un viejo solitario, a sus 31 años, sentía que la vida no le esperaba ninguna otra sorpresa, era un tipo desvalido, cobarde, totalmente brillante pero a la vez tímido. Siempre escondió sus sentimientos, quería que la gente lo viera feliz, de esta manera, se ganaría el cariño de quienes sin querer, lo rodeaban.
13:00hrs; después de una extenúa media jornada laboral, Thomas decide ir a almorzar pero esta vez sin su padre, fue solo en compañía de quienes se hicieron sus mejores compañeros: el silencio y la soledad, ambos populares en sus angustiantes noches.
El clima del día dejo de prevalecer tal cual estaba cuando Thomas abrió sus ojos; ahora el sol quiso aparecer, para de pasada, acumular su mal día.
Tomó el tren en dirección al centro de la ciudad, no dejaba de pensar en el asesino que aterrorizaba a la ciudad. Necesitaba bajarse 2 estaciones antes del final del ril; casi al llegar a la cuarta estación (la antepenúltima a su descenso) vio asomarse un niño fuera de la cabina del tren. La mirada estremecedora del chico dejo en Thomas una extraña sensación que embargó su mente, su corazón y sus pensamientos.
Una vasta espiritualidad lo rodeó tan perfectamente como la cáscara a un huevo.
“¿De donde salió este chico?” se pregunta a sí mismo en uno de los momentos más inquietantes de su vida.
El crujido al cerrarse del vagón zamarreó a Thomas para retornar así a la realidad.
El niño le recordó exageradamente a su propia infancia; 25 años atrás un niño jugaba a las escondidas, solo en el patio de su hogar mientras su padre luchaba por obtener el divorcio de la manera más descarada.
El empujón de una anciana interrumpió los añejos pensamientos de Thomas, esté gracias al inesperado movimiento, se prepara a salir del vagón, intentando dejar atrás desde ya la penetrante mirada del chico.
Perdió el apetito, las ganas de sonreír, de mirar y de escuchar.
Sólo quería sentarse en el sillón de su habitación, servirse del whisky mas sofisticado que tenía (ese que se guarda para ocasiones exclusivamente especiales) y simplemente pensar, analizar, comprender y volar.
De repente el celular de Thomas comienza a vibrar.
- ¡Dónde estas! ¡Son ya las 17:00hrs!, ¡La reunión Thomas!
- Papá… disculpa… eh… este…
- No me digas nada, ¿cuánto te demoras en llegar?
- Estoy a casi 20 minutos, no sé como perdí 4 horas, no sé lo que hice, ni donde estuve, ¡no entiendo nada Papá!
Replica Thomas, incrédulo de lo dicho por su padre.
- Entonces… ¡Thomas dime algo!
- No iré Padre, estoy resolviendo algo
- ¿Algo con quién?, ¿necesitas dinero? Hijo, ¡me preocupas!
Dice el padre bastante preocupado por la inusual actitud de Thomas.
- No te preocupes, estaré en la casa para la hora de cenar… ¡Te quiero!
- Pero…
Thomas ya había colgado, confuso aún por el extraño impulso que tuvo.
18:00hrs; la vista de Thomas giraba y se devolvía dejándolo un poco mareado, simplemente no comprendía nada.
“¿Quién diablos era este chico?”, seguía cuestionándose a sí mismo, ¿cómo he perdido tanto minutos?... no había respuesta.
En común acuerdo con su conciencia, da media vuelta dirigiéndose así al tren que lo llevaría de vuelta a casa, sin embargo, un miedo atemorizante lo perseguía, literalmente hablando.
Una vez más Thomas da la media vuelta… y ahí estaba, un chico con los zapatos estropeados, holgado, vestido de nada más que estropajos le clava la mirada. El chico da un paso adelante acercándose así a Thomas.
Frente a frente:
- ¿Quién eres?
Interrumpe Thomas desesperado por el intacto movimiento del chico.
- Me enviaron
- ¿Quién te envió y para qué? ¡Chico, dímelo! ¡Quien eres!
- Todo a su tiempo Thomas…
Esta vez la mirada del niño, le emitía un mensaje de despedida.
El chico dio la media vuelta y corrió; simplemente desapareció, se perdió entre la multitud en un abrir y cerrar de ojos, tan simple, tan transitorio.
Thomas se negó a ordenar las ideas derramadas en su cabeza, quería paz, tranquilidad, conformidad, sensaciones que solo podía encontrar en el mutismo de su habitación.
Tomó el autobús, esta vez, solo intento preocuparse del hedor que desencadenaba subirse en un bus local de ese tipo.
Se sentía agobiado, nervioso, más bien aterrorizado, pero por sus propias faenas.
Finalmente llega a su barrio, de pronto siente que todos sus vecinos que tantas sonrisas le regalaron lo observaban de pies a cabeza, como si portara algún extraño objeto que llamara la atención.
Abre la puerta de ese lugar que alguna vez llamó “hogar”; ingresa a su habitación, mira el reloj escuchando el tan molestoso tic-tac que tantas veces ignoró.
20:00hrs “Perfecta hora para beber”, oye decirse a si mismo.
Agarró el vaso del bar instalado en la esquina derecha de su habitación, lo llenó de whisky, claro, no tuvo tiempo de añadirle hielo, anhelaba la soledad como nunca antes; esta vez su habitación no era el lugar mas indicado para un encuentro personal espiritual de este tipo; sintió que el silencio de su habitación lo molestaría mas.
Se dirigió al patio de la casa, de pronto, su visión cambia al darse cuenta de la hermosa mezcla entre los colores verdes de la parte trasera de su casa, con el inolvidable anochecer que lo sacudía, Thomas lo disfruto como el último.
Toma asiento en un sillón puesto por su padre tiempo después que su madre falleciera.
Finalmente por unos minutos, Thomas se dedica a mirar el cielo, ya no habían nubes, sino que estrellas que irradian luz por sí mismas.
“¿Quién era el chico?”
“¿Cómo es posible perder 4 horas sin saber lo que he hecho?
Seguía cuestionándose a si mismo; Thomas no daba mas con respuestas ni preguntas, se sintió solo, por sexta vez en el día.
No tenía sueños, aspiraciones ni esperanzas, quizás debió buscarse una novia que lo comprendiera, pero sabía desde lo más profundo de su corazón que no sería posible, pues las mujeres solo veían en él, una bolsa de dinero y de joyas también.
“¿Qué me pasa?
Dice a sí mismo en voz baja frotándose la frente, agachándose, derramando lagrimas. Nunca en su vida había sentido algo así.
Eran ya las 21:20hrs, “mi padre debe estar en camino, no debe verme así”, dice a si mismo, tomando el último sorbo del whisky, esta vez no del vaso sino que de la botella.
Sin siquiera estar de pie, la sensación de una presencia ajena a alguien de su confianza, rodea a Thomas.
De repente, mira como la forma del cuerpo de un niño se pierde entre las sombras.
Las lágrimas de aumentaron notablemente.
- ¡Sal de ahí!
Grita, angustiado, consumido en su propio llanto.
En ese instante, el niño aparece frente a él; el chico penetra su mirada una vez más en los ojos trémulos de Thomas.
Frente a frente, mirada a mirada, el niño deposita una pistola justo al lado de la botella vacía de whisky.
- ¿Qué haces?
Dice Thomas, ahora más tranquilo
- Tu sabes lo que es correcto
Simplemente observa como el niño retrocede lentamente, como se pierde una vez mas en la oscuridad de la noche, quien a la vez, deja de iluminarlo, desapareció de la nada tal como llegó.
Una extraña sensación volvió a invadir a Thomas, el silencio de la noche subliminalmente le decía que tomara el arma.
Entonces lo hizo…
Sin pedirle más explicación a las fuerzas sobre poderosas, tomó el arma, se sentó, miró el cielo por última vez y apuntó a su cabeza.
El crujido del gatillo del arma, despertó al vecindario, los pájaros comenzaron a volar, asustados por su insignificante vida.
En el patio, solo quedaba un charco de sangre; Thomas tenía claro, su último pensamiento estando vivo…”la carne es débil, el alma inmortal”.
El Alcalde de la ciudad se prepara a desayunar en la cafetería más cercana, la más famosa de la localidad, la misma en la que estuvo Thomas 24hrs antes.
Antes de ir a comer, el Alcalde se detiene en el kiosco pegado a la cafetería
- Me da el periódico local, por favor
- Por supuesto Alcalde.
Dice el dueño entregándole el periódico.
Algo zamarreó al Alcalde al leer la portada; este decía
“Asesino prófugo asesina a las 15:00hrs, y a las 22:00hrs fue hallado muerto por suicidio en su propio hogar”


Fin…

Texto agregado el 03-02-2006, y leído por 286 visitantes. (1 voto)


Lectores Opinan
28-02-2009 Buena historia-Felicitaciones-mis respetos minuteski2009
05-02-2006 No tenía sueños, aspiraciones ni esperanzas, quizás debió buscarse una novia que lo comprendiera, pero sabía desde lo más profundo de su corazón que no sería posible, pues las mujeres solo veían en él, una bolsa de dinero y de joyas también. ESO ME DIO PENA tiamatvampire
 
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