ACARICIANDO NUESTRO ENCUENTRO

I

Mi corazón ha envuelto
con sus latidos mi cerebro.
Mi canto se hace silencio
al recorrer mi vista
tus encantos de mujer.

Laten mis pestañas
mis manos se hacen agua
al acariciar tu alma desnuda.
Mi piel se enfunda en tu primavera,
tus pétalos vivos cubren mis besos
en el rocío que baña tu piel.

Dioses miran con encanto
tras ventanas cerradas
nuestros encuentros furtivos,
incitan nuestras promesas de amor.

Se adormecen nuestros temores
en los anaqueles de una casa escondida.

En viaje por tus ojos profundos
busco los sueños que dejaste
en tus mares embravecidos.

II

Mis versos encarnados en pasión, ternura
recorren tus sentidos, hacen ropaje
que ilumina tu sonrisa viajera.

Al entrar por las ventanas de tu sonrisa,
haciendo palpitar la humedad de tus labios
escuchas en susurros mi alma inquieta, soñadora.
Soy el hombre, que con palabras te hace mujer.

Ayer, hoy, mañana,
en tu templo cantaré
a tus senos danzantes,
con música trovadora,
libando la sal de tu vida,
alimentando mis sensaciones
despiertas a tu mirada escrutadora