Para todos los amigos, que lo padecen.
Conocí a Orlando Terán hace años, en las cercanías de Epsilon Eridani, que es la estrella en la cual el afamado escritor Asimov ha situado el Mundo Espacial de Comporellón.
(ESE es un escritor, no aquel del cual debo hablar hoy.)
Irónicamente, estaba yo de guardia cuando el Mundo Libre al que pertenezco, Ojxh (suena raro, lo sé) resolvió entrar en contacto con su nave averiada en la órbita de Epsilon Eridani. Así fue que el viejo verde de Orlando Terán fue el primer terrícola del que tuve conocimiento.
Debido a la cercanía de Epsilon Eridani con Sol, el cuerpo gobernante de Ojxh decidió intentar el acercamiento a Tierra. Lamentablemente, mi profesión alterna es la de crítica literaria, por lo que me vi obligada a leer toda la basura escrita por Orlandito, a causa de la relación estrecha entre él y yo. (Comprenderán ustedes que no todos los días un Mundo Libre toma contacto con una civilización planetaria... Claro, considerar a Terán una civilización planetaria sólo agregaría inmodestia a su foja de falta de humildad; por lo que aclararé que él fue en todo caso el primer representante de Tierra del cual tuvimos noticia.)
Con respecto a él, intento fallido de humanoide, debo decir que es proverbial su arrogancia, sólo superada por su falta total de moderación, y que su apetito por la ironía sólo es opacada por la absoluta ignorancia de la cual hace gala. Este imbécil de pacotilla se goza en la humillación de aquellos a los que considera dogmáticos y estrechos de miras. Ante la inquisitoria periodística ha dado una y otra vez muestras de su aguzada lengua y su ingenio rimbombante, siendo una luz que encandila a las mentes menos preparadas, pero que rara vez convence a los verdaderos conocedores.
Sobre sus textos crece la sospecha de que suelen tener dobles y hasta triples sentidos...
Ante la pregunta, el viejo soretero de Orlando Terán, sólo sonríe.
Si no se le pregunta en cambio contará durante horas interminables cómo se le ocurrió cada uno de los detalles inconexos con los que adorna sus escritos...
Meras racionalizaciones, me supongo. Quien haya tenido la mala suerte de estar presente cuando él explica sus textos se queda entre absorto y maravillado por la trama argumental que desarrolla y su falta de humildad.
Las tertulias en las que participa suelen ser largos monólogos a los que la gente se autopromete no concurrir nunca más.
Lo que nadie sabe (pero que algunos sospechan) es que detrás de toda su carcasa de hombre hecho y derecho, de escritor novedoso y hasta carismático se esconde un absoluto y completo fracasado.
Largas discusiones se han desarrollado en Cafés de Ojxh acerca del valor de la literatura de Terán. Lo que nos ha quedado claro es que en esos cafés, ni como propina la aceptan.
La megalomanía del viejito simpaticón de Terán ha hecho que intentara alcanzar las estrellas con sus textos.
Literalmente.
Resulta curioso que escogiera Epsilon Eridani como sitio de lanzamiento de su primer libro. Estrella que estábamos estudiando en ese momento. La avería a la que debemos los habitantes de Ojxh el conocimiento de su obra, se debió a que las últimas correcciones (y la impresión, pues la imprenta está incluida en el diseño de la nave) se efectuaron en el procesador de texto de la computadora que controlaba el sistema de navegación.
Que las generaciones subsiguientes perdonen a los ingenieros, algún día.
(En breve, el reportaje exclusivo de Ajbdulcitth a Orlando Terán.)
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