Hace tres años que vivo en Cartagena,pero no nací aquí, sino en una ciudad situada a novecientos kilómetros. Pese a estar tan lejos mi ciudad natal de la ciudad en la que resido, compruebo que no se diferencian tanto...
De las ciudades lo que me seduce son las madrugadas y los parques en los que a oscuras las parejas se mienten y se abrazan, mientras el sexo les abrasa...Tiempos por los que doy por hecho todos los que lean este artículo han pasado. Tiempos en los que sentimos que no es la ciudad lo que nos rodea,sino el mundo entero, y, claro está, cada ciudad, es por tanto, un mundo distinto.
Y en las ciudades cada bar por tanto, ¿qué es?. El lugar al que van a parar los locos y los borrachos, los que convencen a las niñas que mentir a los padres a veces no es tan malo, los que insisten a sus amantes que se olviden de sus maridos y, por un segundo les digan que les aman, aunque el camarero les oiga, el camarero ejerce de ángel de la guarda de esas criaturas nocturnas.
Puede que a lo largo del día hayan sido respetables jueces, cabezas de familia, o hijas estudiantes que apenas salen por el día, pero la noche, la noche es la mayor y más potente de las drogas, la que es capaz de convertir al héroe en villano, y viceversa. En la noche, los lobos se apoderan de la ciudad, de ese mundo, y en ese mundo no faltan las hadas que en cada esquina buscan un elfo despistado para decirle, qué haces a estas horas sin ir a casa, acompáñame e invitame a una copa...
Y se me olvidaban los ángeles del purgatorio, las míticas camareras nocturnas, esas que están hay pero que cuando les diriges la palabra son mas ariscas que un robot, y a su vez su arisquería nos induce a intimidarlas mas, sin darnos cuenta de que el alcohol,la guitarra y el tabaco, no son suficientes técnicas para que se entreguen a nosotros, porque al fin y al cabo a eso vamos todos al purgatorio, a arrepentirnos de nuestros errores para no volver a cometerlos, pero, esos ángeles purgatoriales son superiores a nosotros, y , como ya dijo Oscar Wilde ; podemos resistirnos a todo, menos a la tentación...
Mas no son sólo estos seres los que habitan ese misterioso y seductor mundo nocturno, que ha inspirado grandes obras maestras que ya he nombrado y no he de tener que nombrar mas, qué carajo, si no lo saben lean mis anteriores artículos y me entenderan.
Esos ambientes, decía, esa aura que nos rodea cuando salimos de un bar y la dama nocturna nos acaricia con su mano para mostrarnos lo mejor de la vida, para mostrarnos que la noche no es para deprimidos ni melancólicos, sino también para eufóricos y enamoradizos...
En fin, no esque la ciudad sea un mundo como un conocido actor dijo hace bastantes años, sino que cada ciudad es un mundo, con su paraíso y su infierno, sus seres civilizados y los divagatorios, cada ciudad es un mundo, mundo que podemos recorrer en apenas ocho horas.
|