El sol perdió los estribos
en el cerro crucificado
de mi ciudad.
Dejó un rayo vagabundo
en los ojos que miraban
la soledad desde el portal
luego, cayó en silencio
atrás de mi cerro ciudadano.
Su frenesí y desparpajo
vistió la montaña con penumbra
y estrellas
al caer la tarde.
El verso ligero
del poema citadino
se enamoró del crucifijo
bañado de sol
y de la tarde moribunda
en los brazos del tiempo.
Texto agregado el 02-02-2006, y leído por 205
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Lectores Opinan
12-08-2007
Ayyyyy que belleza, cuando ese sol se esconde y solo queda un pedacito de su luz, para que un poeta como tú, haga este bello poema********
Besitos Victoria 6236013
11-08-2007
Un verso enamorado de la tarde ...es tán magico! NANAI
25-03-2006
Muy buena analogía de las ideas y el transcurrir del tiempo ***** sorgalim
03-02-2006
Hermosas imágenes, cali. Mis cinco estrellitas!! Ulrica