Si quiere que justifique, pues sí, necesitaba un cigarro… ¡Nooooo!… El revolver fue después… En realidad yo no tenía intenciones de matar a nadie… solo suicidio, y no me podría juzgar usted por hacer en mi vida lo que deseo ¿no?... ¡Ya le dije!, todas las muertes son asesinatos, sea Anubis el tiempo, el dolor, la euforia, incluso la paz… ¡Y todos los asesinatos son suicidio!...
¿Y que cree?... que ridículo es usted. Mi derecho radica en ser tan dueño de ella, como ella de si misma. Por eso, la única acción descalificable es la muerte en sí… nada es mas injusto (si no inmoral) que la muerte… Mezcla a los vivos y a los muertos (no me lo negará), a los ricos y a los pobres, a los impíos y a los piadosos, los merecedores e desmerecedores, al día la noche… Mmmm… ¿No dijo todo aquello Shakespeare?, pues para que vea, las cosas mas tontas me quedan dando vuelta… ¿Y no fue Hamlet quien dio muerte a Claudio?... fue una vendetta, y como tal, el reflejo de la propia sangre en los otros. La cara del difunto, en el cuerpo del enemigo… ¿Ve?... Toda muerte es al fin un suicidio…
A que voy… me es difícil concretar el punto… porque no existe… no, no existe punto… y no es que no haya tenido razones para asesinarla, es que tengo tantas que es complicado formarle una idea “objetiva”, si semejante estupidez existe, del porqué…
Los pasionales comprenderán…
Deshacerme de ella, simplemente fue deshacerme de mi. No podía sustentar su vida… no me la pagaría usted, ni el estado tampoco… Me fue inconcebible seguir teniendo a mi lado esa parte de mi mismo… sobre todo cuando no correspondía con la de ella… ¿Se entiende señor magistrado?, si… ella era mi lucha, mi gran guerra… como ve… mi gran derrota. ¡Pero soy yo el único que puede juzgar que hace de su vida!...
Mmmm… Ver todo el fin de semana a Hitchcock está haciendo efecto…
… Y otras cosas también…
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