Cuando me baño, además de enjabonarme, masajearme, escudriñarme, me encanta cantar como una soprano, claro que es una forma de decir.
Hace unos días atrás, tarareaba mis canciones habituales bajo la ducha, cuando en un "do" de pecho a boca llena y alzando la mirada al techo, mi logrado tono se transformó en un alarido infernal..., una araña me miraba fijamente con sus no se cuanta cantidad de ojos y un cuchillo en una pata, al mejor estilo psicosis, no se si estaba sorprendida por mi costumbre matinal o estaba aturdida y desesperada por hacerme callar.
Nos miramos tensa y fijamente en una batalla silenciosa por el territorio, nos medimos largamente, hasta que doña araña, frunció el ceño con sus ocho patas a la cintura, fué cuando decidí, salir de la ducha, como quien no quiere la cosa, haciendome la disimulada y silbando bajito...
...son las cinco de la tarde y "ella" todavía sigue ahí, sin intensiones de mudarse, ¡habrase visto! Pero, claro que, esto tengo que solucionarlo hoy, y encontrar la manera de sacar a esa chica de patitas a la calle. |