Bueno… una de esas noches extraviadas en ataviosas sedas negras, lentejuelas plateadas, y amenazadores farolillos naranjos de media noche (a lo más noir) -cuando mi primo el filosofo aun estaba en casa-, tomábamos café para abrir los ojos (efecto sugestivo), como siempre, con la elocuencia única del joven-anciano (en realidad no es elocuente… es obligado)…
Ahora que lo pienso, toda su conversación me recuerda a Borges… jajajajaja diran “que pretencioso poner a Borges como punto de comparación”, pero si alguien lo llegara a conocer, pues es asemejable hasta a Platón…
Sigo… bajamos a un lugar oscuro, de espacios inexistentes… y es que, como suele pasarme, la gente me quita las ideas de la cabeza.
Me contó que nada había cambiado nunca… es decir las cosas suceden y esencialmente siempre es lo mismo… Desde la prehistoria y antes es que vivimos sin cambiar, y claro, nada “se crea ni se destruye, solo se transforma”… Al principio, ingenuamente (si no orgullosa), dudé. O sea que nadie tendría por que ser tan “único y especial”, si nuestra vida ha sido vivida antes, e incluso, somos apenas la suma de la humanidad… ¡Que horror!... ¿O que alegría?.... Saberse igual, sufrir de los males y las bondades destinadas a ser vividas (son las únicas existentes), una pena es la de todos, y una alegría también (o tal vez la alegría y la pena son las de todos… no lo que las produce)…. Caótico… Puede ser que haya puesto ideas propias (nunca he tenido la habilidad de redactar puro), pero me he quedado divagando en las guerras mundiales, son apenas dos, y las guerras “no-mundiales” son millones, y las guerras personales, infinitas, y ¿Qué suele suceder después de las guerras?, la sociedad naciente es siempre enferma, beat generation, generacion del ’50, los dadaístas, los existenciales, la repetición de estilos en las épocas, la moda neo-hippie actual, el efecto mariposa, el psicoanalisis… Todo repetido, el avance se alimenta de bases retrogradas, o sea, jamás algo nace nuevo, siempre ha sido todo tal cual debía ser desde el comienzo… y el comienzo es infinito, repetidamente infinito…
Si alguien siguió los “razonamientos” con atención, notará que de ellos se desprenden dos ideas (en matemáticas esto tiene un nombre… el cual, por desgracia, no recuerdo): La predestinación, y la infinidad. (Ahora si que entendí a Borges…)


Uppsss... ya se me fue la idea...