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Un trapecista descolgándose de una cuerda para terminar su acto circense, con su muñeca adolorida porque en su primera demostración de habilidad no cogió bien el trapecio. En el mismo instante en que tocaba el suelo, un niño fuera de la carpa se sacaba una foto con el gran elefante Tomás, no había ocurrido antes, pero al parecer el flash le asustó lo que le hizo ponerse nervioso y botar al niño de su espalda. Fuera del recinto una señora transitaba en bicicleta por el carril derecho de la autopista, perdía el control de la bicicleta comprada hace unos días atrás con los ahorros de la pensión mínima que recibía mensualmente de parte del estado, con ella se trasladaba diariamente a ver a su nieta de siete meses y medios de vida; perdía el control y finalmente caía al sentir que un auto pasaba muy cerca de ella, esto porque Rodrigo iba conversando por celular con la enfermera de la clínica las Margaritas, su polola estaba en ese momento en shock nervioso debido al fallecimiento de su madre, la causa, de aquellas de antología, ocurrió mientras preparaba palta para la cena, chupeteó el cuesco, de seguro demasiada ansiosa por aprovechar al máximo el alimento, lo que le causó asfixia, Camila, ya sedada por la enfermera de unos 38 años que llevaba un ajustado delantal blanco, hablaba con Rodrigo. Camila era muy amiga de este candidato a la reelección quien era extorsionado hace tiempo con fotos de una prostituta del barrio alto, al no ceder, el extorsionador se presenta a la hora de la cena frente a la señora de este personaje, le muestra las fotos, ella pelea fuertemente con el candidato, quien a todo esto estaba entremedio de la gran pugna del aborto, él estaba en contra, decía que favorecía la vida y sus valores, ella le golpea la cara reiteradas veces con la palma abierta, le jura que ya no seguirán juntos nunca más, él llora. El Presidente de la República no se imagina lo que acontecía en aquel momento con uno de sus mejores amigos, él en ese momento estaba firmando ese tratado de comercio con ciertas “libertades” que traería finalmente el desempleo de pequeños empresarios; cómo oponerse a las trasnacionales sin barreras de protección. El presidente disponiéndose a firmar mira a su alrededor y se demora en reconocer con su mirada lo que hay allá lo que un trapecista se demora en descolgarse luego de su acto, con la dificultad de una muñeca maltratada. El presidente mira al cielo y contempla el mismo cielo que esa niña está contemplando, pensando que Dios está allí y escucha su plegaria por todos aquellos que sufren y por aquellos que tienen responsabilidad en sus manos para con los demás.

Texto agregado el 01-02-2006, y leído por 125 visitantes. (0 votos)


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