Caminante calmo. Caminante calmo acallas con tu canto el clamor callado de mi cansado caminar. Cautivas como claro castillo caliza y te clavas como estaca en mi carne. Caballero calvo, campirano, me domesticas cortando evocaciones, mis cafres contrarios. Cambias cual cascabel, y con tu cancaneo me descarrías al can de tu castañetear. Camarada incansable, tan acomedido, colmas de cálido néctar mi melancólica boca. Carente de codicia acatas la caída, cargando al cadáver y cascando tu cara. Escrito para el caballero incansable en mi recuerdo.
Texto agregado el 01-02-2006, y leído por 121 visitantes. (1 voto)