Lunes 5 de abril del 2004
Más de la mitad del día cada célula de mi cuerpo demanda a esa cosa a la que no me puedo resisitir por mucho tiempo, se hace llamar Devon.
Desde que me escribió que me extraña mucho y firma con mucho amor, no he podido de dejar de pensar en él.
Vine a visitar a mi tía Lola a Celaya Guanajuato, bueno, en realidad más al doctor que a ella en sí. Siento que no tengo mucho en común con ella. Ella es parte de la iglesia evangelista luterana de Guanajuato, le gusta ver las noticias de la tarde y volverlas a ver en la noche.No estoy segura de su edad, pero, en un gesto de “caballerosidad” traté de ayudarle a cargar la bolsa del mercado, apesar de mis no tan pesadas maletas y se rehusó. Le dí la mano para ayudarle a bajar del taxi y me dió un manazo de “no seas exajerada”.
Mi actitud es muy seria y cuando me hablan de música, antros o alcohol no logro contenerme y esbozo una gran sonrisa.
No sé como comportarme, qué decir, qué hacer. Mi tía tiene una sirvienta que se llama Conchita y a la que llama “Conchuda” y acompaña a mi tía al templo del cual ella es socia y tiene 25 años y la gente empezóa reunirse en su casa desde entonces.
hoy no hice mucho y no sé que opinión tenga de mí después de que mi mamá me marcó a la casa unas cuántas horas después de llegar.
Primera regla rota.- llamar a un hijo después de haber dejado el lecho materno a una casa ajena y cuando la dueña está a punto de dormir.
Segunda regla rota.- Distraerme en la Iglesia, por suerte medio supe busccar en la Biblia y leer con ellos. Me traté de aprender sus cantos pero el hijo del pastor corría por todo el templo que era casi imposible no verlo. Deseaba tanto ser él.
Tercera regla rota.- Rechazar la cena. No tienen cereal. No tienen pan dulce, mierda y me ofrecieron una manzana y yo estaba tan llena de verdad que sólo quería comerla y leer un poco de Vargas Llosa e ir a la cama que me han asignado, porque los sillones no se ven muy apetecibles. Terminé con mi tía hasta las 11:30 viendo mirada de mujer y las noticias, de nuevo; comiendo leche caliente, una quesadilla y algo como queso rancio, una cucharada me bastó.
Cuarta regla rota.- “me muero de cansancio, tía, a qúe hora nos vamos mañana” pregunté fingiendo tremendo cansancio por un viaje de tres horas. “Te vas a bañar mañana???” chin. Me mostró la regadera y me dio mi toalla para que mañana me bañe muy temprano. Demonios debía haber seguido al pie de la letra las indicaciones de mi abuelita de “Te bañas, te perfumas, no cuentes chistes, trata de portarte como mujer de sociedad”
Ví tres películas. In Love and the War con Sandra Bullock y Chris O’Donell. Corazón de un niño y el Milagro de Helen en el canal 7. en las tres lloré.
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Mis manos estan vacías, huelen a humo, humo de cigarillo barato.
Tus fotografías me hacen muecas de dolor, las veo extrañamente. no es justo, corazón, no es jutso si ya te había olvidado, había marcado ese momento en mi vida como un sueño atascado en mis fragmentos de ojos y en las lágrimas que leen ésto. Tocando mi sueño, sigue ahí. Robándome el sueño donde quiera que vaya...creo tener sus ojos y espierto bañada por tus besos. Me tiemblan las manos y espero ver comenzar tu escena. Mi ofertado sueño se fue muy lejos de mi, siempre me toca ser el centro de tu actitud mundana y pasajera, que se deprime con razón por tenerte fuera.
hablándo ayer con el tezontle, notas musicales rodaron mi memoria, acababa de salir la noche campaneando las hazañas de las damas, contemplando las actitudes de mendigos impacientes que arden con la mente y los dientes.
ésas son las propiedades de mi padre, las que heredó un piromaniaco, las que perdí cuando te conocí, cuando te ma, la línea no se hace, se predice, se presiente, se revuelve se condena como a un luchador con sus brazos se envenena.
También tienes en valde guerra y confundes la existencia con la behemencia, la actitud sobre la paciencia, mmira, ven, yo te voy a anseñar a comprender el amor humano, es que su autor se suicidó a los 62 años en una cabaña a lado de un lago, pero tú yo nos encontraremos bailando en pocos años en medio de gentes cadenciosas y silenciosas. Lo que pida me dirás, lo que sueñe tocarás, pero, pero eso no sirve, no ésta noche, que vuelves tanta esperanza en ti, que representas el que yo esté tan precisa en ti, humillada a tus rodillas consagrando papeles de expresión inmoral hacia ti.
Me encantó verte y deseo verte otra vez, me robó una señoriosa luz del cielo, que guardé en mi corazón por siempre, y fui creciendo, creciendo y no teniía caso vivir si no era contigo amar. |