Un fin de semana muy duro, como diría Devon Too Much Rock For One Hand. Vimos a Junior Senior en el Salon 21 el sábado y me perdí a los Strokes porque no me dieron boletos, es una de las desventajas de ser una doña nadie, con 20 años y muchas ideas y sueños en la cabeza que duerme en el sillón de su casa. Salí con mi amiga Marisol, quien con la partida de mi mejor amigo por las pasadas 6 semanas más locas de mi post-adolescencia, se ha convertido en una excelente y loca compañía. Cada vez que salimos nos confesamos cosas tan excéntricas que no me atrevo a confesar aquí. Bueno, sólo mencionaré que las dos somos fanáticas de Freakzoid o Fenomenoide.... Mientras llegaba a ver a Marisol al metro Universidad, me dí cuenta de muchas cosas, y todo gracias a un niño vestido de leoncito por la celebración de la llegada de la “maldita primavera” es muy peligroso estar en primavera soltero, pinches hormonas. Me dí cuenta de que las cosas han cambiado mucho (oh gran descubrimiento!!!) pero esta globalización si que me ha afectado porque en mi niñez yo y la mayoría de mis amigos eramos muy tranquilos, no comprábamos nuetrs disfraces en el Gigante, sino en el mercado Cartegéna cerca de mi casa a los vendedores ambulantes. El niño que ví se veía adorable, no lo niego, después su mamá sacó una bolsa del disfraz prefabricado, con la talla y una patética foto de un niño pelirrojo, ojos azules y una sonrisa Colgate (como el niño sano) en la portada, “¡Qué contrastes!” pensé, ver aun niño que es como el negativo de la bolsa de plástico vistiendo ese disfraz. Todo comenzó cuando me recordé vestida como mariposa a mis 5 años en una fotografía con mi amiga Carolina y otra que parecía más noña que las dos juntas. Era muy aplicada, siempre muy dedicada, las mejores calificaciones, tenía hábitos distintos, mi familia se encargaba de mí en un 400%, era una niña extremadamente presumida, consentida y berrinchuda, es una de las desventajas de ser la primera nieta, la primera sobrina, la primera hija.
Recordé de cómo me vestían cuando había algún bailable en el Zinder o en la primaria, mis tías siempre iban, mi mamá no, el trabajo no se lo permitía. Pensé desde chiquita que esto no me afectaría, pero el viernes me di cuenta de que sí lo había hecho, siempre mi mamá trató de compensarlo con las primeras películas de Disney en VHS y todo lo que pudo, no se lo puedo hechar en cara porque me hizo muy feliz en su momento, pero concluí esa noche, sola en el metro con un niño disfrazado de leoncito que las cosas no eran como creía, que quería mucho más a mi Abuelita que a mi mamá y me sentí muy mal pues mi mamá se ha esforzado muchisisisismo por sacar adelante a mi hermana y a mí. Sería absurdo decir que no la quiero. Es mentira, pero lo que si es verdad es que a mi Abuelita la idolatro, es una señora que dio mucho de su amor a su nieta. Que muchos de sus recuerdos son de su nievecita querida, es decir sho, y que compartió muchas cosas conmigo, que me ama mucho, de eso no tengo duda. Mi abuelita estuvo ahí para darme ese reconocimiento que uno necesita de niña, mi abuelita estuvo ahí para comprarme mi helado con una mosca a la salida de la escuela, mi abuelita estuvo ahí para ir a hablar con la directora del Zinder cuando les robaba las paletas a los niños para dárselas a la maestra. Mi abuelita estaba ahí para abrazarme no importa, cuándo ni dónde, es por eso que me atrevo a decir esto. Ahora a mis casi 20 años, trato de enfocar mi vida a saber como poder sustentar a mi familia de la manera más decente posible, para darle a mi mamá un poco de lo tanto que ella me dio. No se puede pagar una vida entera, pero intentaré. Soy la razón por la cual mi mamá se levanta todos los días, trabaja, ama profundamente a mi hermana y ahora que ella tiene 17 años, ha aprendido a cuidar de ella, lo que hace tiempo no hacía por estar tan metida en su trabajo. Hay etapas buenas y malas, ahora pasamos por una de las mejores. Sin TV por Cable, sin pagar por la universidad, no hay presiones de tarjetas de crédito. Mi papá ayuda en lo que puede, es genial la manera en la que ha cambiado, me apoya, me mira a lo ojos y me dice que le eche ganas, que cuide mi beca. Quiere que yo si logre lo que nadie alcanzó en la familia, él ha tenido desde siempre tanta fe en mí. Es una de las cosas que le agradezco tanto, eso y que me haya enseñado a leer con corcholatas de cerveza, que me haya comprado una vez un par de tenis y un libro de mitología griega. Tengo que aprender a valorar a mi mamá, es un defecto que tenemos una generación entera por lo que me he dado cuenta, mi amiga me confesó que ella no tiene una relación perfecta con su mamá y que ella le marca los platos en los que come, por una razón absurda. Concluimos que somos la primera generación de niños traumados por los divorcios, eso cuenta mucho para el futuro; ahora veo a niños muy precoces hablando e imitando a los niños de las telenovelas del canal 2 a las 4 de la tarde, diciendo mi mamá se ha casado 2 veces, con una naturalidad envidiable, niños fríos. El canal Once (www.oncetv.ipn.mx) organizó un concurso de bandas de rock muy particular hace poco, el rock tocado por niños ROCK EN CONTACTO y me sorprendí al ver a niños que tocan la guitarra mejor que cualquier lelo que aprende en G Martell, Chale, espero que no hayan estudiado ahí. Fue un choque muy importante esa noche, confesando traumas y cruzando la calle como dos marías enfrente de coches nuevos. Jajaj. Llegamos a la mencionada fiesta como a las 10:00 de la noche, David dijo que estaba muy cansado. Creo que me tiene miedo jajaja. Y nos fuimos una hora después, un refresco y dos tostadas de tinga después, después de jugar con una muñeca de Dora La Exploradora que activaba sus frases célebres al tocarle la vagina, no estaba peda, en verdad, tenía un sensor, poca madre la muñequita esa, muy diferente a mi barbie embarazada y con su carreola. Esculcamos la basura del tipo de la casa y encontré un ejemplar de Día Siete y lo recogí. Nos fuimos con un Borracho llamado Juan, Atona, Marisol y yo. Después de convencer al borracho de 24 años y mucho alcohol en las venas, nos fuimos en el coche de Atona, un vochito y el borracho volteaba a mirarme las tetas y le dije que si no dejaba de hacerlo le iba a pegar, extraño a Devon pensé jajajajajaj, me tardé muchísimo en dejar ese pensamiento de mi cabeza. Llegamos a la otra fiesta loca, jugué pin-pon casi toda la noche. Canté ¿Qué grosero! De las Ultrasónicas. Uyyy que rudos....!!!
El sábado fuimos a nuestro curso de A Favor del Niño hasta las 5 y después al cine a ver la Pasión y después a Rockear con tu Cock afuera al salón 21 con Junior Senior. Me puse frenética y bailé y canté como loca y un amigo de Radioactivo llamado León me dijo “ Ya no tomes, wey” y no había tomado nada, me dio tanta vergüenza por unos segundos y después de que se fue seguí bailando hasta las dos que nos corrieron.