No toques el fuego con las manos que ya estoy aprendiendo a cansarme un poco, a mostrar resistencia después de que he perdido tacto, lienzos y entropías.
Ahora quiero un pedazo de esa hoz, de esas notas que acompañaron el llanto. Y te voy a maldecir recuerdos, porque nunca son como fueron.
Empieza ... la memoria es un laberinto, un juego.
Lo más importante es nunca voltear atrás, tener la mirada fija y seguir jugando.
Hay quien sólo escucha y no ve. Uno aprende lo que tiene que olvidar para poder creer.
Ahora volvamos... Si el secreto del juego es no voltear atrás, entonces para aparecer escritura se tiene que mirar siempre a las letras, no a lo que se escribe... ese es otro oficio, que te acaba los ojos y que te avienta a un lugar intranquilo llamado sueño pesadumbre.
Seguimos... la memoria no ordena las cosas cronológicamente. Prioridad por prioridad.
Primer principio: aguardar el momento de ocultarse entre silencios. Uno tiene que ser más mirada, más palabra, más silencio y más manos... corazón nunca, uno nunca tiene que ser corazón, además casi nadie puede serlo. Sólo así se llega a sentir y descubrir el secreto de la mentira.
Morir no es acabarse, morir es no tener la voluntad de ver lo que se tiene en frente.
Mientras tanto, no estoy preparada para seguir aconteciéndome en el retorno de tu entendimiento.