No estoy y sigo aqui, tengo ganas de llorar y sin embargo estoy delante de un teclado intentando que se consuman mis lágrimas en unas palabras que siemrpe estaran incompletas porque no pueden expresar como me siento.
Pienso que no soy yo la que escribe, que es solo mi mente atormentada de ideas que necesita aclarar, quiza si las pongo por escrito... Y sigo reprimiendo unas lágrimas que se que nunca derramare, porque hace un tiempo conseguí cerrar el cerrojo de mi vida, cerre la puerta de un portazo; me encerre dentro pensando en lo que podia perder si salia y no en lo que ganaba con el aire y el sol de las mañanas.
Pensé en no respirar el aire frio que envolvia mis mañanas de invierno, en no ver los arboles derrumbados, que no hacian mas que caer a mi alrededor, y cada vez que alguien llamaba a mi puerta decia que abro enseguida mientras echo otro cerrojo...pero no se lo digas a nadie, u olvidas que yo soy la chica del corazon de hierro? La que no siente y no olvida, la que no llora nada mas que por ella, la que esconde sus poesias en cajones, que abre cada mañana para releer los pedazos del corazón que sabe que enterro junto con la desconfianza al mundo, junto con sus primeros temores, lo enterró justo cuando descubrió que te pueden hacer daño, que te pueden mentir, que tu felicidad se va en un ataúd y tu inocente, con solo cuatro años decides que lo mejor es meterlo dentro de esa tumba.
Y ahora, ilusa, lo quieres desenterrar, imposible te repites y te ves desafiando la guerra del puedo con el quiero, y apostando, para tu sorpresa, por la victoria del quiero.
Y me aburro, de esperar, de mirarte, de tus ojos y de tus labios, de tus palabras que no me dicen nada, de la mano que me sujeta siempre, me aburre, aunque desearia con toda mi alma que no lo hiciera.
Quiero una risa, no de esas que cada dia muestro, mas como una mueca que como otra cosa; no quiero una risa de mi boca, quiero la risa de mi corazon, de mi alma, la que me demuestra que soy feliz, la que me asegura que soy la única persona capaz de desenterrar la llave que te abre la vida, en un oscuro cementerio, y cogerla de las manos, posadas junto al corazón, de la persona a quien mas echas de menos...
¿Pero sabrás el camino de vuelta del cementerio? |