Me dueles en las articulaciones de mis dedos,
en los nervios.
Te siento en la tarde, cayendo en mí como el sol al mar,
como revoloteos en la panza
y callados mis ojos tiemblan sinceros.
Miedo de ti o a volverte a tener de nuevo.
Texto agregado el 30-01-2006, y leído por 319
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