OJOS BIEN ABIERTOS


Por fin he logrado abrir mis ojos. Miro la vida y decido, por 24 horas, honrarla. Es mía y mi deber es vivirla plenamente saboreando los momentos buenos, y porqué no, los malos . Los últimos son los que me permiten valorar y disfrutar intensamente los primeros. Espero no perder esa misma intensidad que me arrastró al fondo del peor de los abismos: la muerte en vida.

No hace falta una hemiplejia, un coma y otras yerbas malignas para experimentar ésta sensación. En mi caso, me basta con intoxicarme físicamente , mental o emocionalmente. Me permito afirmar todo esto ya que residí durante tiempo allí, queriendo adormecer el dolor de existir con alcohol, depresión, relaciones enfermizas.

Logré mirar y no participar, con anteojos color humo........y dolor, más dolor, más dolor...y finalmente una “invalidez emocional” total.

He decidido que eso no es vivir, sino des-vivir en el intento de lograr la autodestrucción en forma lenta. Eso es cobardía, ya que de un balazo se puede alcanzar el mismo objetivo de una manera más digna y prolija. En resumen siento que he escupido a la cara de ese maravilloso ser que me creó, que depositó innumerables dones, virtudes y capacidades en mi persona. Yo misma me encargué de anularlas....... SE ACABÓ.

DECIDO, ahora sí, en pleno uso de mis facultades (en particular de las espirituales) vivir. Dejo en manos de quien me creó mi voluntad, mi obstinación, mi demencia. Me comprometo a poner de mi parte toda la buena voluntad que me sea posible para VIVIR.
No quiero mirar más desde el fondo. Yo soy parte de éste mundo, por lo tanto voy a participar.

Pido a mi Dios, ese que está dentro de todos nosotros, que me dé aceptación, mayor humildad y paz espiritual. La que pueda y quiera darme. Y si no puede.....voy a recurrir a mi esencia para aportar todo lo que tenga “en reserva” en cada momento.

HOY QUIERO Y PUEDO VIVIR.........sin anestesias, sin falsos valores ni pudores.

HOY ..........estoy aprendiendo a ser feliz.

GRACIAS A DIOS que puedo ponerme en contacto con él, expresar mi gratitud, pedirle perdón, y comenzar nuevamente. ....................SOY YO.


Cecilia C.
Noviembre 2005.

Agradezco a la persona que más me ayudó , más bien me salvó de mi misma. Sus 74 años y mis casi 40 revelan que la edad cronológica no existe. Sí la sensibilidad y la magia compartida.