Sabor de un instante en mi boca
y el tiempo que se escapa,
sin intención de volver.
Los sueños que fueron reales
se evaporan en el aire,
me esfuerzo en atrapar
los colores del recuerdo.

Respiré tu presencia sin prisas,
fue el momento,
en que nadie observaba.
Descubriste en el silencio,
mis latidos,
y en tu alma
la intención de entregar a mis manos
el regalo de existencia viva
manifiesto de tu piel.

El hábito de exigir explicaciones
me obligaba a preguntar.
Sellaste mi boca con un beso,
y me negué al entendimiento.
Naturaleza de tu magia
invitándome a ceder
y a transitar por los temblores
que habitaron nuestros cuerpos.
Fue el segundo,
en que las palabras soñaron un camino
que se hizo abrazo:
señal para el intento,
de derramar mis sueños en tu espalda.

Mis manos conociendo tus secretos,
y mi piel que se confunde en tu calor.
Nos dejamos arrastrar en la búsqueda,
ignorando las dudas.
Es intento de sentir.