Sabía que esa hemorragia intestinal nunca se detendría. Cansado de aquel agotamiento físico y mental, después de recorrer infinidad de médicos y remedios, comenzó otros métodos alternativos; los cuales tampoco dieron resultado. Entonces se alejó de todo para perderse en una inmensa depresión, dejando de lado familia; amistades; la propia vida... Allí accedió a otro universo más nítido, concordante con su mente; donde cada noche vuelve a ingerir ese analgésico estrictamente prohibido, como único argumento válido de su ingrata realidad...
Texto agregado el 19-11-2003, y leído por 375
visitantes. (9 votos)
Lectores Opinan
20-11-2003
A veces Ana no es lo mismo me duele a que me esta doliendo. Hay que sentirse muy adentro del personaje para plasmar lo que se siente cuando la hora final está en el último peldaño de tu escalera. Me gustó el "donde cada noche..." qué no hariamos nosotros si nos vieramos en esa situacion . Mis (*'s) y bicos FranLend
19-11-2003
Perfecto Anita ¿y quién no hubiera dado el mismo paso que tu personaje...?, Besitos y estrellas amiga, Pilar. airedevalencia